Dubai Mall

Desde el Wafi Mall cogemos un taxi hasta el Dubai Mall. En el trayecto vemos a lo lejos el estilizado Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo, con su particular forma de aguja. Pasamos también junto a las Emirates Towers, otro de los iconos de esta sorprendente ciudad.

Emirate Towers, Dubai

El taxi nos lleva por la Sheikh Zayed Road, una autopista anchísima, de unos 8 o 10 carriles por sentido flanqueada por altísimos y modernísimos edificios. Esto es para abrir la boca y no cerrarla. Impresiona Dubai.
El taxi nos deja en una de las entradas del Dubai Mall, creo que la principal. En algún sitio leo “Bienvenido a todo” y estamos a punto de comprobar que, efectivamente, no hay nada que no pueda encontrarse aquí. Entramos en el centro comercial más grande del mundo, con 1200 tiendas además de los centros comerciales Galerías Lafayette y Blomingdales. Aquí todo es superlativo. El espacio no es un límite.

Dubai Mall

Está mucho más concurrido que el Wafi. También es más tarde.
Nada más entrar nos damos de bruces con las joyerías más prestigiosas del mundo. Una junto a otra, encontramos Bvulgari, Cartier, Chopard, Patek Philippe… por citar unas cuantas.
Y si pensábamos cerrar ya la boca, mejor lo dejamos para más tarde, porque un poco más allá nos recibe un acuario inmenso que se puede cruzar por un túnel. Hay infinidad de peces diferentes, así como rayas, tiburones… y hasta buzos. Esto es la pera. La pera limonera.

Acuario en el Dubai Mall
Recorriendo el centro llegamos después a otra zona de joyerías que llaman también el Zoco del Oro aunque el de verdad, está en Deira, a unos cuantos kilómetros de aquí.
Nos sorprende más adelante una pista olímpica de patinaje sobre hielo y, cerca de ella, una fuente inmensa a modo de cortina de agua con nadadores/saltadores a punto de zambullirse en el agua. Maravillosa.
Las sorpresas no han terminado. Es imprescindible pasar por la zona de las bombonerías, decoradas y con sus dulces expuestos como si fueran joyas. Una preciosidad.

Bombonería en el Dubai Mall

Llegamos luego a un supermercado muy grande de comida orgánica donde todo es bio, orgánico, natural. Se puede encontrar hasta carne de cerdo, aunque un cartel avisa que de esta esta sección es sólo para los no musulmanes.
Seguimos recorriendo el Mall buscando la entrada al Burj Khalifa, que está en el primer sótano, ya que tenemos entradas para esta tarde a las 16:30 sacadas previamente desde casa por internet. Cuando la encontramos, lo primero que hacemos es cambiar por entradas la confirmación de compra que me habían enviado al correo.
Después, lo siguiente es comer. No es difícil encontrar un sitio, ya que hay para todos los gustos y colores. Me llaman mucho la atención los emiratíes, ellos con sus blanquísimas kanduras, camisas largas de algodón que en algún sitio leí podían llegar a cambiarse varias veces al día. Y ellas todas de negro, muchas con la cara descubierta, la única parte de su cuerpo a la vista junto con las manos. Pero también muchas con la cara tapada a excepción de una rendija por la que asoman los ojos y, también bastantes, ni eso, con la cara totalmente tapada por un velo.

Reunión de emiratís en Dubai Mall
Tomamos el postre y el café en Brunetti, una pastelería exquisita, y observo cómo una de estas mujeres con la cara completamente tapada toma un trozo de tarta ahuecando el velo cada vez y metiendo la cuchara por debajo. ¡Qué incómodo!
A las 16:30 estamos como clavos en la entrada al Burj Khalifa.

Más fotos de Dubai Mall:

Túnel en el acuario en Dubai MallPerfumería, Dubai MallZoco del oro dentro del Dubai Mall

Pista de hielo olímpicaFuente-cascadaSupermercado ecológico

Otra bomboneríaEmiratísBuzos en el acuario, con tiburón incluido

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