Adiós, DUBAI


Desde el Mall Ibn Battuta nos dirigimos al aeropuerto internacional de Dubai. Damos sin problema con el punto de devolución del coche de alquiler y, una vez devuelto y terminados los trámites de facturación, buscamos la zona de embarque pero, antes, es inevitable pasar por la zona de tiendas. Por si aún nos quedaran ganas, aquí vuelve a haber comercios para aburrir.

Aeropuerto internacional de Dubai

Pero estamos cansados. Ha sido un día muy largo y ni siquiera el oro nos llama.


Joyería en el aeropuerto de Dubai

Adiós, Dubai. Es hora de volver a casa.


Ibn Batutta Mall


Después de nuestra merienda en el lujosísimo y especial Burj Al Arab, hacemos nuestra última visita de este viaje, antes de ir al aeropuerto para volver a casa, al Mall Ibn Battuta, un buen lugar para pasear ya que está dispuesto en una planta baja, a lo largo de alrededor de 1 km y medio. Con ayuda del GPS llegamos sin problemas y aparcamos junto a uno de los extremos. El centro comercial está inspirado en los viajes del más importante viajero musulmán de la Edad Media y su decoración recrea algunos de los lugares que visitó. Entramos por la puerta de "Andalusia" y de pronto nos encontramos en una placita con fuente incluida que mezcla una Fuente de leones que recuerda a la de la Alhambra con arcos de la Mezquita de Córdoba.


Mall Ibn Battuta, zona "Andalusia", Dubai

De la zona andalusí pasamos a las de Túnez, Egipto, Persia, India y China. En Túnez un cielo muy azul con nubes está pintado en el techo. Los edificios de tiendas son casitas blancas de un pueblo mediterráneo.


Mall Ibn Battuta, zona "Túnez", Dubai

En Egipto esfinges y jeroglíficos adornan las fachadas de los comercios. Persia guarda también su propio estilo, así como India, donde hasta un elefante a tamaño natural se ha utilizado en la decoración.


Mall Ibn Battuta, zona "India", Dubai

El premio gordo se lo lleva China, con un enorme barco sobre un estanque con fuentes.
El centro comercial es muy bonito y original y, como todos los demás que hemos visitado estos días, está muy limpio y cuidado.


Mall Ibn Battuta, zona "China", Dubai

Desde China regresamos al extremo andaluz por el que entramos. Se acerca la hora de la despedida. Recogemos el coche y nos dirigimos hacia el ==> Aeropuerto.

Burj al Arab


Un hotel de SIETE estrellas


Desde Madinat Jumeirah, cogemos un taxi que en pocos minutos nos lleva hasta la verja del Hotel Burj al Arab. Este nombre significa Torre Arábica, o Torre de Arabia. Después de mostrar al vigilante la reserva para el té que hice antes de salir de casa, nos permite la entrada. Es posible llegar en coche hasta la misma puerta del hotel, pero preferimos recorrer caminando los casi 300 metros de carretera elevada que une la isla artificial sobre la que está construida el edificio con tierra firme.


Hotel Burj al Arab, Dubai

Así podemos disfrutar de las fantásticas vistas que hay desde aquí. Reconocemos el pub 360º y el hotel Jumeirah Beach, con su característica forma de ola, en los que estuvimos ayer, con su blanquísima playa de arena fina y limpísima.
Vemos también desde aquí los edificios de la isla de la Palmera Jumeirah, sobresaliendo del agua.
Faltan pocos minutos para las 16:00 y queremos llegar a tiempo de coger buena mesa, por lo que no nos entretenemos más en el interior y pasamos al vestíbulo. La decoración interior fue encargada a una decoradora china con el encargo específico de impactar e innovar.


Vestíbulo Hotel Burj al Arab, Dubai

Nada más entrar, sorprende una gran alfombra en tonos rojos con un original y largo banco tapizado a juego. Sobre ella, una altísima fuente de varios pisos donde el agua o, más bien, originales fragmentos de chorros de agua, saltan y se entrecruzan con un efecto único.
Después, la mirada se fija en unas originales columnas doradas que parecen sostener el resto de pisos del edificio, para después perderse hacia la altura.
Hacia arriba, predomina el color blanco salpicado de otros colores muy vivos.


Hotel Burj al Arab, Dubai

El conjunto puede gustar o no gustar, pero de lo que estoy segura es de que no me recuerda a ningún otro hotel ni edificio en el que haya estado antes.
Tras recorrer el vestíbulo, cogemos el ascensor que nos lleva rápidamente hasta el último piso. Enseguida pasamos al salón del bar. Nos sentamos a una mesita para dos junto a los cristales. Abajo queda la ola del hotel Jumeirah Beach pero esta vez la vemos desde el barco. También vemos el pub 360º y, entre los dos edificios, un atracadero para pequeños yates y barcos. Detrás, hacia el interior, los edificios de la ciudad de Dubai, bajitos en esta zona.


Vistas desde el Sky Bar del Hotel Burj al Arab, Dubai

Hacia el mar, aunque la constante bruma resta claridad, se distinguen las ramas de la Palmera Jumeirah y los edificios de la protección exterior. También al fondo, la silueta inconfundible del Hotel Atlantis.
Aunque más tarde se llenará, como hemos sido muy puntuales, todavía quedan alguna mesas libres en el bar. Son las que no están pegadas a los cristales. El salón está elegantemente decorado en tonos verdes y azules.


Palmera Jumeirah desde el Sky Bar del Hotel Burj al Arab, Dubai

Poco después de acomodarnos y de permitirnos disfrutar de las magníficas vistas, empiezan a servirnos el té que es una buenísima merienda. Lo primero, es un cóctel de champán, un lujo aquí ya que el alcohol está prohibido en la mayoría de los sitios. Únicamente se sirve a los no musulmanes y en hoteles internacionales. Después, un platito de riquísimos frutos rojos con nata. A continuación, una lonchita templada de pastel de salmón, muy ligero y rico, seguido por café o té acompañado de una selección de delicados bocaditos salados. Por último, los exquisitos dulces y, para terminar, una extraña infusión de moléculas de fruta, tan refrescante como bonita.




Cuando terminamos la merienda y el disfrute de las vistas ya es de noche. Algunos Rolls de la valiosa colección del hotel están aparcados junto a la puerta. Son blancos, como la luz que tiñe ahora el edificio y que nos muestra la última imágen de él que vamos a llevarnos. Caminamos de nuevo sobre la carretera elevada, esta vez hacia la salida. Aunque sigue haciendo calor, la temperatura ha bajado unos grados y una ligera brisa hace muy agradable el paseo.


Hotel Burj al Arab, Dubai

Ya fuera del recinto del hotel, cogemos otro taxi, nuestro último en Dubai, que va a llevarnos hasta nuestro coche, que dejamos en el parking de Madinat Jumeirah.
Nuestro vuelo sale de madrugada, a la 1:40. Aunque queremos ir con tiempo hacia el aeropuerto, aún nos quedan horas y podemos hacer una última visita. Va a ser al Mall Ibn Battuta.


Más fotos del Burj al Arab:

SalónLámparaBañoAscensoresSky Bar
Frutas con cremaPastel de salmónBocaditosFotos de jequesRolls Royces



Madinat Jumeirah de día



<-- Venimos de: Madinat Jumeirah de noche

Es nuestro último día en Dubai.
Después de desayunar en el Radison Blue y liquidar la cuenta de la habitación pedimos el coche, que no hemos movido estos últimos días, y nos lo llevamos hacia Jumeirah, ya que no tenemos intención de volver a esta zona del viejo Dubai. Por enésima y última vez circulamos bajo los rascacielos de la Sheikh Zayed Road, sabiendo que probablemente sea la última vez que pasamos entre estos edificios.


Sheikh Zayed Road, Dubai

Regresamos a Madinat Jumeirah. Anoche pensamos que era una pena no ver el complejo de día ya que aunque estaba bonito con la iluminación, no había luz suficiente para apreciar todos los detalles. Y como tenemos tiempo suficiente, volvemos ahora con tranquilidad para pasear junto a los canales.


Zoco de Madinat Jumeirah, Dubai

En la zona de tiendas los rayos de sol se filtran entre el techado de madera, dando la sensación de estar al aire libre. Aunque anoche creímos que lo habíamos recorrido entero, todavía descubrimos nuevas tiendas, como una muy colorida de faroles de cristal y otra de pipas de agua. Me gustan mucho unas lamparillas, me recuerdan a la del cuento de Aladino que leí de pequeña. Tenía la misma forma. Pensé comprar una más tarde pero luego se me pasó.


Lámparas mágicas en Madinat Jumeirah, Dubai

El exterior ha cambiado totalmente. El bullicio de anoche es silencio ahora.
Llegamos hasta un teatro-auditorio que tampoco vimos anoche, un bonito escenario para actuaciones y espectáculos. Los edificios coronados por las numerosas torres de aire, que anoche parecían amarillos, ahora se ven mucho más blancos. Y el agua negra del canal hoy se nos presenta con un verde azulado intenso.


Madinat Jumeirah, Dubai

Tenemos contratado un Afternoon Tea en el Sky Bar del hotel Burj Al Arab. Será nuestra lujosa despedida de un viaje de lujo, además de un salvoconducto para pasar al interior.
Comemos en el restaurante Trader Vic’s, en Madinat Jumeirah. Después de comer decidimos dejar el coche aparcado en el centro comercial y coger un taxi para ir al Burj Al Arab.


Madinat Jumeirah de noche


Desde el Pub 360º, cogemos un taxi que nos lleva hasta el hotel Al Qasr, muy cerca. Este hotel de gran lujo forma parte, junto con el Mina Al Salam, del complejo Madinat Jumeirah, una zona de ocio construida conforme a la arquitectura tradicional, que integra una réplica de zoco que es un centro comercial con numerosas tiendas y más de 40 restaurantes alrededor de un canal artificial con vistas al Burj Al Arab.


Tienas de Madinat Jumeirah, Dubai

Como aún nos queda tiempo antes de la cena, cogemos un pequeño abra a disposición de los clientes del hotel que nos lleva navegando hasta la zona de tiendas. El centro comercial es muy bonito, con techo y columnas de madera que recuerdan las arcadas que vimos en los zocos del viejo Dubai.
En el exterior las terrazas de bares y restaurantes están llenas. Mientras paseamos por la zona vemos cómo van cambiando los colores que iluminan el Burj al Arab, de amarillo a azul, luego a rosa y verde.


Hotel Burj al Arab desde Madinat Jumeirah, Dubai

Cogemos otra vez el abra que nos devuelve al hotel Al Qasr. En el vestíbulo, los adornos florales, las lámparas y el resto de elementos decorativos dan idea de su gran categoría.
Cenamos bien en el restaurante Al Hambra a base de tapitas con música ambiental española.


Hotel Al Qasr, Dubai

Después de cenar, aún recorremos paseando las zonas comunes del hotel. Desde una de las terrazas vemos otra bella imágen del Burj Al Arab iluminado.
Mañana volveremos, ya que aún tendremos tiempo y nos gustaría ver este complejo a la luz del día.
Después, cogemos un taxi que nos devuelve a nuestro hotel en Deira, a descansar esta que va a ser la última noche de nuestro viaje.

-> Madinat Jumeirah de día


Pub 360º

Paseamos por la pasarela que separa el jardín del hotel Jumeirah Beach del pub 360º. Tenemos muy cerca el Burj Al Arab. En lo alto, a la izquierda, está el helipuerto. A la derecha, sobresale en la construcción el Sky Bar que visitaremos mañana.


Helipuerto y Sky Bar del hotel Burj al Arab, Dubai

Llegamos al pub, que tiene forma redonda. La planta baja está acristalada. Vamos a la planta superior que está descubierta, a modo de terraza. Hay unas tumbonas para contemplar el paisaje cómodamente. Preferirnos sentarnos a una mesa. Enfrente nuestro un grupo de hombres fuman sishas (pipas de agua).


Pipas de agua en Pub 360º, Dubai

En verdad son 360 los grados de perspectiva que tenemos desde aquí, y ciertamente es magnífica. Tras el Burj al Arab, mar adentro, se distinguen lejanos los edificios de The Palm, sobre la increíble isla artificial. Al fondo, el hotel Atlantis cierra el conjunto. Con el zoom consigo acercarlo hasta verlo claramente bajo las últimas luces. Unos minutos después, cuando el sol ha desaparecido, se ilumina.


Hotel Atlantis desde Pub 360º, Dubai


Los tonos cálidos del atardecer se reflejan en la superficie ondulada del hotel Jumeirah Beach. Poco a poco va cambiando de color. La silueta majestuosa del Burj Khalifa sobresale importante sobre el contorno de la ciudad.


Burj Khalifa desde Pub 360º, Dubai

Cuando se hace de noche potentes focos de luz blanca iluminan el Burj Al Arab. Más tarde tendremos ocasión de verlo de otros colores.
Se ha hecho hora de ir a cenar. Cogemos un taxi que nos lleva hasta el hotel Al Qasr, muy cerca. Tenemos reserva a las 20:30 en el restaurante español, Al Hambra, que está dentro del hotel, en el complejo comercial de Madinat Jumeirah.


Más fotos del Pub 360º:

PubEdificios de The PalmHamacasHotel Jumeirah BeachHotel Atlantis
AnochecerBurj al Arab iluminado



Jumeirah

En contraposición a Deira y Bur Dubai, las dos orillas del Creek en la zona más antigua y viva de Dubai, la zona de Jumeirah es más tranquila y lujosa, también más nueva y alejada del centro histórico. Es en esta zona donde se encuentran el emblemático hotel de 7 estrellas Burj Al Arab, así como La Palmera que visitamos ayer.


Hotel Burj al Arab, Dubai

También en esta zona está el hotel Jumeirah Beach, exclusivo hotel de 5 estrellas en forma de ola hacia el que nos dirigimos ahora, ya que en sus jardines está el pub 360º, desde el que vamos a ver atardecer.


Hotel Jumeirah Beach, Dubai

Una vez más pasamos bajo los rascacielos de la Sheikh Zayed Road, que ya nos resultan familiares. Dejamos atrás la Torre Khalifa y otros edificios, algunos aún en obras. Unos pocos kilómetros más adelante divisamos el Burj Al Arab y enseguida llegamos al Jumeirah Beach hotel.
Del vestíbulo pasamos al jardín. Desde el jardín, junto a la orilla del agua, sale la pasarela que, a modo de puente, nos lleva hasta el pub 360º.


Pub 360º, Dubai


El zoco textil

Desde el Zoco de las especias, en Deira, cruzamos en abra a Bur Dubai. La arcada de madera da sombra necesaria a las calles de tiendas. Curioseamos en algunas y aunque sus prendas son más o menos similares, al final nos quedamos en una que nos parece que tiene más variedad y un vendedor muy simpático. Quiero comprar algunos chales y me cuesta horrores decidirme porque veo muchos maravillosos. La calidad es fantástica. Querría llevarme todos, me encantan. Me decido por unos nepalíes de lana y seda, reversibles en dos tonalidades. Son muy parecidos a unos que compré en la India, que me gustan mucho y he usado un montón. Los que compré en Turquía, aunque tenían la misma composición, son algo más gruesos y bastos.


Zoco textil de Bur Dubai

También me decido por una pashmina auténtica, 100% cashmere. Aunque hoy en día esta palabra se utiliza ampliamente para todo tipo de chales, bufandas y foulards, en orígen se refiere sólo a los realizados con lana cachemir. Procede de la palabra iraní pashm, que significa lana y aunque este tipo de lana no procede de este país, sí es suya la técnica empleada para tratarla y fabricar las prendas. El cachemir se extrae de la fina pelusa que las cabras de la región de Cachemira, en el Himalaya, tienen bajo el pelaje superficial, mucho más tosco y rígido. Aunque parece más áspera al tacto que los chales de lana y seda, lo curioso de esta prenda es que se vuelve más suave con el uso. Una vez en casa me arrepiento de no haber comprado alguna más.
En otra de las tiendas compramos unos foulards indios de seda.


Babuchas en el Zoco Textil de Bur Dubai

Volvemos al hotel desandando el recorrido que hicimos hace unas horas. Cruzamos el Creek en abra hasta la orilla de Deira y, a continuación, caminamos hasta el hotel sin dejar de refrescarnos de tanto en tanto en las útiles paradas de autobús.
Comemos en el restaurante buffet del hotel. Por la tarde, después de un descanso, salimos de nuevo a la calle. Cogemos un taxi con destino al hotel Jumeirah Beach, en la zona de Jumeirah.


El zoco de las especias


La hora de las compras

Desayunamos en el hotel antes de ponernos en marcha. Queremos ir andando hasta el zoco de las especias por la orilla del Canal. Lo peor no es la distancia, que no está a más de 12 o 15 minutos, sino el calor que de buena mañana ya es importante.
Afortunadamente son varias las paradas de autobús que encontramos en el trayecto. En algunas entramos, aprovechamos el aire acondicionado para refrescarnos unos minutos y avanzar hasta las siguientes. Junto a los barcos parados se amontonan las mercancías recién llegadas o a punto de partir. Es tan variada su diversidad como su procedencia o destino.


Orilla del Creek en Deira, Dubai

Llegando a la estación de abras de Deira, enfrente, en Bur Dubai, reconocemos las numerosas cúpulas y el alto minarete de Gran Mezquita, junto al mercado textil, al que iremos luego.
Como centro histórico que es, en algunos edificios antiguos se conservan las típicas torres de viento que ya hemos visto en varios lugares.


Antiguas casa con Torres de Viento en Deira, Dubai

El zoco de las especias es un conjunto de tiendas dedicadas a este comercio en unas pocas calles. Los sacos con los productos, la mayoría desconocidos para nosotros, se exponen en el exterior. Los olores se mezclan en una amalgama extraña pero agradable. En el interior de las tiendas los aparatos de aire acondicionado permiten la estancia, conservando el frescor mediante unas gruesas cortinas-puertas de plástico transparente.
Compramos azafrán iraní para llevarnos. Tiene la fama de ser el mejor pero, personalmente, pienso que el español no tiene nada que envidiarle. Lo venden a granel o envasado en multitud de envases posibles, en amplia gama desde los más económicos hasta otros más lujosos y caros.


Zoco de las Especias, Dubai

Es el turno del regateo, y eso que no me gusta nada.
En esta zona también nos ofrecen imitaciones de bolsos y relojes de marca. Al estilo de Chinatown en Nueva York, no tienen los productos a la vista sino en lugares más discretos, como pisos o locales.
Por lo que he leído antes de venir, la mejor zona para este tipo de compras es el barrio de Al Karama. En principio tenemos intención de acercarnos pero, al final, no llegamos a ir.
El Creek (el Canal) nos separa del Zoco Textil, donde vamos a realizar las compras siguientes.



The Palm Jumeirah


Una palmera en el mar

La costa alargada artificialmente se introduce en el mar. Estamos en el tronco de La Palmera, el increíble proyecto que, en sus inicios, debió parecer el sueño de un loco. Todavía cuesta creer que esta idea se haya hecho realidad, pero aquí está la fantástica isla y aquí estamos nosotros, recorriéndola. El dinero y la tenacidad han hecho emerger una isla artifical desde el fondo del océano. Antes de venir he visto un interesantísimo e imprescindible documental de National Geographic sobre su construcción. IMPRESIONANTE.
Por el centro del tronco va el monorraíl, a los lados, dos autopistas paralelas flanqueadas por bloques de edficios del mismo color amarillento de los típicos edificios antiguos. De la copa de la palmera salen las ramas a ambos lados. Es la zona de villas. Cada rama es una carretera con lujosos chalets a derecha e izquierda, con jardín y playa privadas. Las que alcanzamos a ver a nuestro paso conservan también la arquitectura tradicional, con las típicas torres de viento cuadradas como ornamento.


Edificios en Palm Jumeirah, Dubai

De las últimas ramas, en lo alto de la copa, hay un salto de agua hasta el rompeolas, el círculo que rodea a la palmera para protegerla. El monorraíl lo atraviesa por encima. Las autopistas lo salvan bajo el mar, por un túnel. Al fondo vemos el enorme y característico arco del hotel Atlantis, el hotel surgido del fondo del mar.
El autobús nos deja en la parte de atrás del hotel, la que se enfrenta al mar abierto. Cruzamos la carretera hasta la última barrera que nos protege, una mole de toneladas y toneladas de pesadas rocas de varios metros de anchura encajadas unas en otras. Más allá, sólo mar, sólo aguas libres del Golfo Pérsico.


Golfo Pérsico desde Palm Jumeirah, Dubai

A nuestras espaldas, el impresionante hotel de más de 1.500 habitaciones enclavado en un sitio tan increíble y especial, con ese arco inconfundible. Entramos en los jardines buscando el vestíbulo, la zona de recepción. Aquí la entrada es libre. Las puertas abiertas decoradas con enormes peces y caballitos de mar, además de otros motivos marinos, nos dan la bienvenida.


Entrada a Hotel Atlantis, Dubai

Entrar en el vestíbulo del Atlantis me provoca una extraña sensación, más aquí que en ningún otro sitio se manifiesta la conexión con el fondo marino del que, en cierta manera, ha brotado, como una Atlántida a la inversa. El alto techo se une al suelo con columnas blancas que tienen criaturas marinas en su base. En el centro, una extraña fuente me sugiere de nuevo la unión del fondo del oceáno, en fríos tonos azules, con la superficie dorada por el sol. Es una escultura de casi 10 metros de altura compuesta por más de 3.000 piezas de cristal.


Vesíbulo del Hotel Atlantis, Dubai

Otras fuentes a los lados del gran vestíbulo presentan ostras gigantes con su correspondiente perla en el centro. La mezcla de imágenes y colores junto con el sonido del agua al correr en las fuentes forman un ambiente agradable y extraño, especial.
Una galería de tiendas de lujo, decorada con la misma temática nos lleva hacia las profundidades. Al fondo, un azul intenso e hipnótico nos atrae.


Hotel Atlantis, Dubai

Se trata de un fantástico acuario, con más de 60.000 peces de todos los rincones del mundo. Una pasada. Además de algunas zonas desde donde podemos contemplarlo, es visible también desde el restaurante Ossiano, del español Santi Santamaría, y desde unas pocas habitaciones privilegiadas.
En este hotel está también Aquaventure, el mayor parte acuático de Oriente Medio, con infinidad de recursos para la diversión. Casualmente llegamos a la entrada buscando el acceso al monorraíl para volver a tierra firme. Y también por azar, en esa búsqueda, damos con la heladería. Además de que los helados están buenísimos y pueden adaptarse al gusto de cada uno con diferentes ingredientes, los camareros montan un divertido show al prepararlos, con malabarismos y lanzamiento de bolas de helado a distancia. Imperdonable dejar de probarlos.


Heladería en el Hotel Atlantis, Dubai

Pronto damos con el acceso al monorraíl, que funciona de 10:00 a 22:00. El precio de un único viaje es de 15 AED (unos 3 euros), mientras que el de ida y vuelta cuesta 25 AED.
Ya se ha hecho de noche y desde el vagón, con las luces encendidas reflejándose en los cristales, apenas se ve nada del exterior. Pegadita al cristal, a duras penas consigo captar una mala imagen del Atlantis iluminado.


Hotel Atlantis desde el monorrail, Dubai

Nos bajamos en la última estación del monorraíl. Como las de metro, también ésta está limpísima, muy nueva y cuidada. En el piso más bajo del edificio un vigilante nos acompaña mientras llega el taxi que nos ha pedido para llevarnos al hotel. Tenemos que esperar un rato, ya que tenemos otras personas delante.
En el hotel tenemos varios restaurantes de diferentes estilos donde cenar. Nos decidimos por uno de pescado, el Fish Market. Como en el Mahi Mahi del Wafi Mall el primer día, elegimos el pescado o marisco crudo expuesto tipo pescadería y la forma de prepararlo.
Ahora que la temperatura ha bajado unos grados, aunque la noche sigue siendo muy cálida, desde la terraza de la habitación es muy agradable ver pasar por el Creek los barcos-restaurante iluminados. Las embarcaciones de comercio, tan activas durante el día, dejan sitio y calma ahora para estos minicruceros que incluyen cena y/o espectáculos.


Creek de noche, Dubai


Mañana seguiremos conociendo esta ciudad, empezando por El Zoco de las Especias.



Más fotos del Hotel Atlantis:

Arco exteriorFuente en hallPlaya privadaSalónAcuario