Begur


Fin del viaje

A 6 kms de Pals, visitamos Begur, donde llegamos justo a la hora de comer. Comemos en Sa Caleta, un restaurante de buena cocina catalana en la C/ Pi i Ralló número 2.
Después de comer damos una vuelta por el pueblo que también tiene su origen en la Edad Media, donde surgió al asentarse un pequeño grupo de pobladores alrededor del castillo de la familia Crualles, del que hoy únicamente quedan unas pocas ruinas.



Donde termina la calle del restaurante encontramos una antigua torre y, justo ahí, empieza la Calle del Castillo, que era la antigua calle medieval para llegar hasta la fortaleza. Según la tradición, los vecinos de la calle tenían que ofrecer un vaso de agua a los señores feudales del castillo cuando éstos pasaban, gesto considerado como un auténtico tributo de vasallaje.
Subimos las escaleras de la calle primero y algunas empinadas cuestas después, hasta divisar claramente en lo alto de un cerro los restos del monumento.
Encontramos también allí cerca otro mirador desde el que poder contemplar otra bonita panorámica de las ya conocidas Islas Medas.
Tras el paseo regresamos al coche. Tenemos que volver a Gerona, a 61 kms.
Llegamos al aeropuerto donde devolvemos el coche de alquiler que hemos tenido estos días y, después, hacemos tiempo tomando algo, ya tranquilos, antes de la hora de salida del avión de vuelta a Madrid que, afortunadamente, sale puntual.

Pals


A 8 kms de Peratallada, llegamos a Pals, ya muy cerca de terminar nuestro viaje. Nos ofrece también un bello casco medieval si bien muchos de estos edificios tuvieron que ser reconstruidos tras la Guerra Civil. El resultado ha sido merecedor de varios premios.
Aparcamos fuera de la zona monumental pero bastante cerca y enseguida nos plantaomos en el casco histórico. Destaca, sobre el resto de las siluetas, la de la Torre de las Horas, de 15 metros de altura, lo que era la Torre del Homenaje del desaparecido castillo, y que recibe este nombre porque en el siglo XV había un reloj en lo alto. Hoy la cima está ocupada por un campanario que fue colocado en época posterior.



Paseamos por sus antiguas calles hasta llegar a la Plaza Mayor. Definitivamente ha dejado de llover y la temperatura es muy agradable, por lo que es un buen lugar para un receso antes de seguir la visita por el Barrio del Pedrós, al que, desde la misma plaza, accedemos bajo un robusto arco de piedra.
Este barrio es también Conjunto Histórico Artístico y lo componen un conjunto de mansiones nobiliarias que le dan un encanto único.
Llegamos hasta el pie de la Torre, un pedestal rocoso que hace las veces de mirador, ya que desde allí podemos ver en la distancia las Islas Medas. Este archipiélago de islotes fue refugio de piratas en la Edad Media, prisión militar siglos más tarde y, actualmente, reserva marina con un rico ecosistema animal y vegetal.
Continuamos la visita hasta la Iglesia de Sant Pere, realizada con piedras del desmantelado castillo.
Terminado el paseo y la visita, nos dirigimos hacia Begur, que va a ser nuestra última etapa del viaje antes de regresar a casa.

Peratallada


Estamos a 13 kms de Monells. Peratallada es un pueblo medieval que ha sabido conservar intacta su esencia, declarado Conjunto Histórico Artístico en 1975.
Aparcamos junto a la Iglesia de Sant Esteve, fuera del recinto amurallado. Accedemos al casco urbano a través de una puerta en la muralla y cruzando un foso que antaño le daba protección y parece ser que también su nombre (Pera tallada = piedra tallada). Lo demás, es un perderse por las callejuelas estrechas y empedradas para encontrar sin esfuerzo los abundantes vestigios que la Historia ha dejado. Ventanas, arcos, fachadas, pasajes y soportales nos trasladan a otra época, a otro tiempo en el que las fortalezas tenían sentido.



Llegamos a la Plaza, porticada, donde una terraza vacía espera que esta tregua que la lluvia nos da se haga definitiva. Afortunadamente ha dejado de llover y podemos disfrutar este paseo por el bello conjunto.
Después de callejear, nos ponemos en marcha hacia Pals, el siguiente jalón en el camino.

Monells


Llegamos pronto a Monells. Sigue sin dejar de llover, aunque es una lluvia finita que no dificulta el paseo. Aparcamos junto al río Rissec, ahora prácticamente seco, que divide el pueblo en dos.
Muy pronto llegamos a la bonita Plaza Mayor, erigida entre los siglos XV y XVIII, encantadora con sus soportales de arcos irregulares de piedra.




Bajo uno de los soportales, junto al bar El Roura Blanch, ocupamos una de las mesas libres. Mientras esperamos a ver si escampa, disfrutamos un sabroso y reconfortante almuerzo.
Terminado el almuerzo, ha dejado de llover. Callejeamos un poco por el pueblo antes de poner rumbo hacia Peratallada.

Púbol


El castillo de La Dama

Salimos pronto de Gerona, ya que tenemos entradas para visitar el Castillo de Gala en Púbol a las 10:00, a la hora que abren. Nos separan 21 km. Cuando llegamos todavía está cerrado y aprovechamos para dar una vueltecilla bajo una fina lluvia entre las pocas casas que lo rodean. En el lugar se respira tranquilidad y también un cierto aire de misterio.
En los años 30 Dalí le promete a Gala que la regalará un palacio, pero no sería hasta finales de los años 60 cuando la promesa se materializa en este castillo. El edificio, documentado desde el siglo XI, se encontraba en bastante mal estado, invadido por la vegetación y con techos derruidos. Las tareas de restauración se alargan durante un año hasta presentar, con muy pocas modificaciones, el estado actual.



Gala se traslada a este castillo mientras Dalí se queda en Portlligat. Esporádicamente la visita bajo rigurosa invitación, si bien mantienen contacto telefónico diario.
Elena Diakanoff (Gala) fallece en Portlligat el 10 de junio de 1982, a los 88 años. Su último viaje lo realiza en el mismo Cadillac que todavia está en el garaje y que visitaremos seguidamente.
Inmediatamente Dalí se traslada al castillo para no dejar sola a su compañera, estableciendo allí su estudio, donde sigue trabajando, y con intención de permanecer allí hasta su muerte, si bien en 1984 tiene que ser hospitalizado por las quemaduras que sufre en un incendio que se declara en el edificio.
A partir de entonces se traslada a la Torre Galatea del edificio del Teatro-Museo de Figueras donde permanece hasta su fallecimiento en 1988. Antes de morir, recibe del Rey el título de Marqués de Dalí de Púbol.



La visita del castillo:

Terminada la visita del Castillo, ponemos rumbo a Monells, a km de Púbol.


Regreso a Gerona



Tarde de lluvia y cine

Volver a Gerona es como regresar a casa, ya nos resulta fconocida y familiar. Nos alojamos de nuevo en el Hotel Ultonia pero la tarde ha seguido empeorando y ahora llueve a cántaros. Visto lo visto y que no parece que vaya a cambiar, nos decidimos por un relajado plan de siesta hasta la hora del cine, que está muy cerca.
Vemos Salt, con Angelina Jolie, entretenida pero muy poco creíble. Una americanada.
A la salida corremos a la Plaza de la Independencia, también muy cerca del cine. Vamos a repetir la cena en Casa Marieta, que cenamos bien el otro día. Las terrazas están desiertas y vemos la catedral iluminada a través de una cortina de agua.




Castellfollit de la Roca


Un pueblo de cuento

A 9 kms de Olot, la carretera cruza Castellfollit de la Roca. Teníamos intención de parar y visitar los restos de las murallas y del castillo, pero ahora llueve mucho más que antes por lo que, sin detenernos, seguimos hacia Gerona.
Y es al poco de dejar el pueblo atrás cuando la parada es obligatoria. La iglesia y las casas, en lo alto, se asoman sobre el acantilado componiendo una postal maravillosa.



Nuestro plan era visitar Besalú y Banyoles, incluído el enorme lago, antes de regresar a Gerona, pero la lluvia no amaina y así no vamos a disfrutar las visitas, por lo que decidimos regresar a Gerona.


Olot

La capital de La Garrotxa

Dejamos atrás El Ripollés rumbo a La Garrotxa, tierra de volcanes y de transición entre las cimas de El Ripollés y los llanos de El Ampurdán. La primera parada es en Olot, su capital, que está en fiestas. Dejamos el coche en un aparcamiento cercano a la Calle del Hospici, donde se encuentra la Oficina de Turismo, y vamos caminando hasta la Plaza Mayor. Las fachadas están engalanadas. Comemos en la terraza acristalada de un restaurante en la misma plaza con toldo y plásticos en el techo. Según está el cielo, se va a poner a llover de un momento a otro.
Terminamos sin que haya caído una gota y comenzamos la visita, pero enseguida tenemos que sacar los paraguas.
Pasamos frente a la Iglesia de Sant Esteve y, frente a su puerta lateral en la Plaza de la Iglesia, iniciamos una muy resumida ruta del modernismo y es que en Olot este estilo tuvo una gran influencia sobre la arquitectura urbana.



Frente a la puerta lateral de la iglesia, destaca la Casa Gaietá Vila, de 1901, con clara influencia medieval reflejada en las almenas que coronan el edificio. De alegres colores rojo, verde y blanco.
Seguimos por la Calle del Escultor Miquel Blay, una elegante avenida arbolada, hasta llegar a la Casa Solá Morales, el edificio modernista más importante de la ciudad, con su señorial fachada de perfectos esgrafiados y su galería superior con 12 columnas decoradas. Tiene un precioso mirador sobre el portal de entrada y dos bellas cariátides a pie de calle.
A su lado, la Casa Riera, con decoraciones florales y otros detalles modernistas en su fachada, pierde brillo en contraste con la fantástica Casa Solá Morales.
Nos alejamos del paseo hasta poder verlo en perspectiva, desde un alto, con la Iglesia al fondo. Una bonita imágen.
Cada vez llueve más y el paseo se va haciendo incómodo. Esto no tiene mucho aspecto de amainar, por lo que decidimos ponernos en marcha a ver si acercándonos a Gerona dejamos atrás los nubarrones.


Camprodón

En el Ripollés

A 988 metros de altitud, en las estribaciones de los Pirineos, se encuentra este delicioso municipio que a principios del siglo XX se puso de moda entre la clase alta barcelonesa.
Llueve a ratos por el camino. A los lados de la carretera, entre el verdor de la montaña asoman de vez en cuando las fachadas de piedra de las masías que vamos dejamos atrás.
Dejamos el coche en una placita que encontramos a la entrada del pueblo y vamos caminando hacia el centro. Enseguida encontramos el espectacular puente románico sobre el río Ter, el Pont Nou (Puente Nuevo). Data del siglo XII y se ha convertido en el emblema del pueblo.



Poco antes de cruzarlo, entre las casas de la derecha, sube una estrecha escalera que lleva hasta lo alto del puente. Hay una buena vista desde arriba que se extiende sobre las casas y el río. Cruzamos bajo el puente, ahora sí, y seguimos caminando por la calle Isaac Albéniz, donde hay algunas tiendas de embutidos de la zona. Llegamos al río Ritort y, muy cerca del punto en que se une al Ter, vemos unas casas colgadas sobre el agua que, aunque a mucha menor escala, por su disposición y colorido recuerdan mucho a las casas del Onyar que vimos en Gerona.
Seguimos por la calle Ferrer Barbara, que empalma con la Avenida Maristany. Recorremos el Paseo Maristany hasta el final, un paseo encantador que la lluvia nos respeta. A ambos lados podemos ver las bonitas casas que se construyeron en aquella época en que la burguesía barcelonesa venía hasta aquí para mejorar su salud respirando estos aires.
Regresamos al lugar de aparcamiento y nos ponemos en marcha rumbo a la comarca de La Garrotxa y, más en concreto, hacia su capital: Olot. Las nubes cada vez aparecen más oscuras y amenazadoras.



Rosas

Desde el Alto Ampurdán a El Ripollés

El día está tristón cuando despertamos en Rosas. Por la noche hemos escuchado llover con fuerza y confiaba en que la tormenta dejara paso a un bonito día de sol, pero no tiene esa pinta. El plan era disfrutar la mañana de playa antes de iniciar la ruta pero el mal tiempo hace que adelantemos la partida aunque no sin antes recorrer el estupendo Paseo Marítimo.
El hotel Marina es un hotelito sencillo y agradable en primera línea de playa. Sin lujos, es más que suficiente para descansar una noche de paso. Y la ubicación respecto a la playa es inmejorable.
De vez en cuando cae alguna gota. La playa, de buena arena fina, está desierta.



Después de un largo y delicioso paseo, nos ponemos en marcha. Vamos a marcharnos del Alto Ampurdán, la comarca en la que se encuentran Figueras, Rosas y Cadaqués, y ponemos rumbo a la montañosa comarca de El Ripollés, junto a los Pirineos.
Nos vamos a Camprodón.



El Bulli

La carretera desde Rosas a Cala Montjoi, a 13 kms, es estrecha y serpenteante, con una bonita y vertiginosa vista sobre el Mediterráneo, ahora entre dos luces. Vamos despacito y con cuidado y llegamos sin problemas y puntuales al restaurante.
La cala ya está desierta. En el interior del edificio de ventanas iluminadas, todo está preparado para recibir a los comensales.
A la entrada uno de los camareros de sala nos da la bienvenida y nos pregunta si queremos ver la cocina. Tras nuestra afirmación nos acompaña al lugar donde son muchos los cocineros que trabajan con prisa y manos sabias bajo la dirección del famoso Maestro, Ferrán Adriá, que también nos saluda y posa con nosotros para una foto para el recuerdo.
El camarero de sala nos acompaña hasta uno de los comedores, donde nos acomodamos a la mesa que nos han asignado. La espera es muy corta, enseguida llega la bebida que pedimos y, a continuación, empieza el goteo rítmico de las pequeñas obras de arte gastronómicas.



El menú

Fresa
Flauta de mojito y manzana
Almendra-fizz con amarena LYO y Empanadilla de nori
Globo de gorgonzola y Cereza Umeboshi
Cornete de aperitivo, Macaron de parmesano, Cacahuetes miméticos
Tortillita de camarones (I)
Tortillita de camarones (II)
Caviar de aceite bebido con sopa de aceituna
Canapé de jamón y jengibre
Royal de tuétano y ostras
Crema de caviar con caviar de avellana
Langostino hervido
Gambas dos cocciones
Codornices con escabeche de zanahoria
Helado de parmesano con módena, albahaca y fresa LYO
Tartar de tomate y cristal helado
Tortillita japonesa
Tiramisú japonés
Láctica aumorette con botarga y aguamenta
Anémona fría con percebe
Ceviche de almeja y cactus kalanchoe
Cóctel de ceviche y almejas
Taco de Oaxaca
Gazpacho y ajo blanco
Lorito al natural con sus huevas
Abalone con panceta
Nem Thai de pollo
Macaron de liebre y fresas calientes con consomé de liebre
Coca de Ceps
Lulo a la parrilla
Estanque
Terrón de azúcar al té y lima
Sopa de coco
Caja de chocolates



Al terminar, han pasado horas, alrededor de tres. Al salir todavía hay gran actividad en la cocina.
Me voy decepcionada. Muchos de los platos apenas si los he probado. Ha sido un espectáculo, una demostración de creatividad, de buen servicio, de hacer con la comida lo que no ha hecho y tal vez nunca más hará nadie. Eso lo sé y lo valoro creo que en su justa medida.
Pero no llegué a encajar con los sabores. Es como si el experimento, la obra de arte, la innovación, primara sobre el hecho de ofrecer algo delicioso que disfrutar en la boca.
Sé que el artista es un gran artista, como lo es Dalí. Se nota en la magnificencia de sus obras, en su genialidad, pero no salgo satisfecha. No me apetecía comer muchas de ellas como tampoco pondría algunos cuadros del pintor de Figueras en mi casa.
Creo que hace bien en cerrar después de la próxima temporada, en dejar atrás este concepto de cocina. Me habría gustado venir hace dos o tres temporadas. No sé por qué pero tengo la sensación de que la experiencia habría sido muy diferente.



Cadaqués


Después de comer, nos acercamos hasta Cadaqués, que nos pilla de paso para ir a Rosas. Bajamos hasta la cala y continuamos el paseo después bordeando el mar hasta conseguir una bonita perspectiva del pueblo. La blanca Iglesia de Santa María se levanta en lo alto, rodeada de casitas, también blancas, que se extienden hasta el agua por estrechas callejuelas en pendiente.



En una de las terrazas del paseo tomamos un café antes de seguir ruta hasta Rosas, donde vamos a alojarnos en el Hotel Marina esta noche. Al llegar todavía nos da tiempo a dar un relajante y agradable paseo por la orilla de la estupenda playa antes de empezar a arreglarnos para ir a cenar a El Bulli, donde tenemos reserva a las 20:00



Portlligat

El refugio del artista

Rumbo a Cadaqués, a 38 kms de Figueras, pasamos de largo frente a Rosas, donde tenemos el hotel para pasar la noche y donde volveremos esta tarde para arreglarnos antes de ir a El Bulli a cenar.
Pasado Rosas, iniciamos el ascenso a la montaña. En lo alto, encontramos un mirador donde detenernos un par de minutos a contemplar el bonito paisaje.
También pasamos de largo frente a Cadaqués. No podemos detenernos ahora, pero vendremos más tarde, tras la visita a la Casa Museo de Dalí en Portlligat. Llegamos a recoger las entradas puntuales a las 13:00. En media hora tenemos la visita, en un pequeño grupo de 8, y matamos la espera dando un paseo por las inmediaciones.
Dalí y Gala fueron comprando pequeñas casas de pescadores en la cala, uniéndolas y reformándolas hasta conseguir el hogar que visitamos hoy. El lugar es bonito pero no es bueno para el baño, la orilla es pedregosa. No creo que se bañaran aquí, pero lo que sí hacían era dar largos paseos en barca. Todavía funciona la barca original y es posible contratar uno de esos paseos.



Puntuales, a las 13:30 comenzamos la visita. El pequeño grupo vamos pasando de un área al siguiente. En cada grupito de habitaciones un guía nos da una pequeña explicación y luego tenemos unos breves minutos para observarlas con más detenimiento.
Empezamos por la entrada, donde nos recibe un oso disecado que un amigo escritor inglés regaló a Dalí. El animal está tal como el artista lo decoró. Seguimos por la biblioteca, donde el hueco que han dejado los numerosos libros originales ha sido llenado por libros de pega. Los originales se trasladaron para protegerlos del polvo y de la humedad.
Algunos muebles están adornados con flores amarillas, son siemprevivas, la flor preferida de Gala. También cuelgan algunos ramos del techo. Dejamos atrás la cocina y un pequeño comedor y pasamos al estudio donde Dalí podía pintar sentado gracias a un práctico mecanismo que permitía desplazar los cuadros lateral y verticalmente además de contar con una ranura en el suelo para meter y sacar de la casa los grandes cuadros al comunicar directamente con el sótano/garaje.
Los dos cuadros a medio pintar en los caballetes son cuadros originales, que quedaron inacabados cuando el pintor, roto de dolor, abandonó la casa tras la muerte de Gala, su musa y esposa.
En la chimenea, un protector de poliespán de una vieja radio, aparentemente sin interés, se convirtió en inspiración para el diseño de la piscina.
Desde el estudio llegamos al cuarto de los modelos y, a continuación, al amplio dormitorio de la pareja y único en toda la casa. Tiene 3 niveles. De abajo hacia arriba, en el primero encontramos un pequeño salón de sofás amarillos con amplios ventanales hacia el mar. En la pared, un espejo formando un extraño ángulo, está en una posición estratégica para, con su reflejo, permitir al artista ver el amanecer desde la cama.
En el segundo nivel, una chimenea, un mueble de obra con libros, una jaula de pajaros y varios objetos más. Por último, en el tercero y más alto de los tres, las dos camas unidas por un gran telón a modo de cabecero. Desde esta parte de la habitación, una pequeña puerta disimulada en la pared da acceso directo a la piscina.
Dos cuartos de baño, uno en blanco y otro en azul y, junto a uno de ellos, el vestidor de puertas blancas que la misma Gala decoró con recortes de periódico y fotografías. Terminamos la visita de esta parte de la casa con la habitación de descanso de Gala, de planta redonda y techo semiesférico.
En el exterior, visitamos un pequeño comedor de verano, el palomar, desde el que tenemos bonitas vistas de las barquitas que se mecen en el agua. Y subimos hasta lo alto de la colina coronando el mirador junto al que lo que en un principio parece basura desparramada, de pronto cobra forma, la silueta se define y, como una aparición, surge de la nada el Cristo de los Desperdicios.
Terminamos esta interesante visita en la piscina, tan excéntrica y surrealista como todo lo demás.



Pensábamos ir a Cadaqués para comer, pero el chiringuito de Can Juli, junto al aparcamiento, ofrece pescados frescos con muy buena pinta, así que ¿para qué buscar más?



Figueras

El sueño de un genio

En Figueras no nos detenemos a ver el pueblo, hay que dejarlo para otra vez. Recorremos en un paseo el trayecto entre el aparcamiento y el museo de Dalí. Llegamos al teatro convertido en museo. La fachada sería una de tantas de no ser por las extrañas figuras que lo adornan y que anuncian al visitante que lo que va a ver dentro es especial.
En lo que antaño fuera patio de butacas, nada más entrar, nos recibe una extraña composición: un flamante Rolls Royce negro sobre el que destaca una oronda figura femenina. Tras ellos, una alta columna formada por lo que parecen neumáticos, sobre la que se alza un barco imposible. En las paredes del patio, a cielo abierto, maniquíes dorados nos contemplan a la vez que son contemplados por los visitantes. Al frente, y separado por una enorme cristalera, en el antiguo escenario podemos ver un inmenso cuadro del artista. Sobre el escenario, la enorme cúpula semiesférica de hierro y cristal.



A continuación, recorremos las distintas estancias en diferentes niveles pasando de una obra famosa a otra aún más conocida. Poco tiempo para disfrutar de algunas bellezas como el Retrato de Gala o Leda atómica antes de bajar a la Cripta, donde el artista (Marqués de Dalí de Púbol, 1904 - 1989) descansa eternamente.
Seguimos el recorrido. Es espectacular el Retrato de Mae West que puede utilizarse como apartamento surrealista. Dalí pinto el cuadro en los años 30 a partir de una fotografía de la actriz y, posteriormente, en los 80, lo reprodujo en tres dimensiones para su exposición en este museo. Lo que, desde el suelo, parece un extraño salón, se convierte en rostro al subir por una pequeña escalerita y observarlo concentrado en una especie de lente.
El Marqués juega con nosotros, nos divierte con guiños inesperados, como cuando nos hace entrar en una boca abierta al acceder a una de las estancias, tras subir por la escalera. Ingenioso y excéntrico Dalí.
Vemos después otras obras conocidas como “Dalí de espaldas pintando a Gala de espaldas eternizada por seis córneas virtuales provisionalmente reflejadas en seis verdaderos espejos” o Galatea de las esferas. Cada obra esconde un universo, una historia desbordada de excesos y creatividad que Dalí supo modelar a su manera y para su deleite, como los elocuentes relojes blandos o cualquiera de los miles de detalles geniales que componen sus obras.




Dejamos sin ver la exposición de joyas, que seguramente merecen mucho la pena.
Nos vamos de aquí con la sensación de que nos dejamos tanto por ver y por apreciar pero, como siempre, el tiempo es limitado y si no nos ponemos en marcha, llegaremos tarde a Portlligat. Las entradas están reservadas con hora y si no somos puntuales, perderemos la reserva y la oportunidad de hacer la visita.



Gerona


Girona Nit

Llegamos a Gerona de noche. En el aeropuerto recogemos el coche de alquiler que teníamos reservado y, con ayuda del GPS, llegamos sin problema hasta el hotel Ultonia, a un paso del casco histórico. Buscamos aparcamiento, dejamos el equipaje en el hotel y rápidamente nos dirigimos hacia el centro antes de cenar.
La Gran Vía de Jaume I, la calle donde se encuentra el hotel, nos lleva hasta la Plaza de la Independencia, una recoleta plaza rodeada de soportales con acogedoras terrazas donde la gente cena sin prisa, disfrutando la maravillosa temperatura que nos regala la noche. En el centro, se alza el monumento a los Defensores de Girona contra el asedio francés. Estamos muy cerca del centro histórico y monumental y decidimos dar un paseo hasta la Catedral y por la vieja Judería (el Call) antes de sentarnos en una de estas terrazas.
Una de las esquinas de la plaza comunica con el Paseo de José Canalejas, que transcurre junto al río Onyar. Vislumbramos la silueta de las famosas casas pero la iluminación es muy escasa y no podemos contemplarlas como merecen.
Cruzamos el río por el primero de los puentes que encontramos al final del cual hay un pasaje bajo las casas que nos lleva hasta el comienzo de la Subida de San Feliu. Esta subida llega hasta la Iglesia del mismo nombre, con su esbelta torre que, junto con la de la Catedral, componen la silueta más conocida de la ciudad. Paseamos por la zona monumental. Hace una noche maravillosa que apetece disfrutar. Cuando nos cansamos de callejear, volvemos a la Plaza de la Independencia y elegimos la terraza de Casa Marieta para cenar, un restaurante centenario con buena relación calidad-precio donde, como parte de la cena, picamos unos típicos y sabrosos caracoles con salsa de tomate y ali oli.


A la luz del sol



Me despierto muy pronto y, con las primeras luces del día, regreso a los lugares que visitamos anoche que ahora se muestran con otro color. En la Plaza de la Independencia algunas de las terrazas están aún cerradas. En otras, las cenas se han trocado en desayunos.
Las casas de l’Onyar, construidas sobre la antigua muralla fluvial, muestran su amalgama de colores y formas colgadas sobre el río en el que se reflejan. Sobre ellas, las torres de San Feliu y la Catedral se alzan poderosas y centinelas.
La muralla rodea la ciudad antigua. Junto a la Iglesia de San Feliu dos altas y robustas torres dan paso, bajo el Portal de Sobreportes, a la Plaza de la Catedral. Impresiona la magnífica Escalinata, un monumento en sí misma, construida en el siglo XVII para salvar la pendiente existente entre la plaza y la Catedral, separadas ahora por noventa escalones y tres rellanos. A uno de los lados de la Escalinata queda la Pía Almoina, un edificio de piedra que data del siglo XIV. Fue financiado por las familias nobles de la ciudad a fin de dar posada y alimento a los pobres y peregrinos. Y, a sus pies, la Casa Pastors, hoy Palacio de Justicia. Me llaman la atención unos pequeños dragones en la base de las rejas de las ventanas de este edificio. A la derecha de la Escalinata, entre ésta y la Pía Almoina, hay una callecita por la que continúo y me lleva hasta la Subida de la Catedral. Antes de empezar la subida, miro hacia lo alto de la torre de la Catedral y la distancia hasta la cúspide se me hace interminable.
En esta zona está el Call, la antigua Judería, un entramado de calles estrechas, la mayoría en cuesta, con o sin escaleras, que se extiende hasta el río. No tengo mucho tiempo para callejear, pero no hay que recorrer mucho para encontrar algunas calles interesantes como la de San Lorenzo, con infinitas escaleras , o la de Manuel Cúndaro, con una bonita bifurcación en la que encuentro otros dos pequeños dragones en la base de otra reja. ¿Cuántos más de estos amiguitos esconde esta ciudad?
No puedo demorarme más. Regreso al hotel donde he quedado para ir a desayunar. El reloj corre y tenemos entradas reservadas para Portlligat a las 13:30 pero antes vamos a visitar el teatro-museo de Dalí en Figueras.
Desayunamos al aire libre en una de las terrazas de la Plaza de la Independencia antes de poner rumbo hacia el Alto Ampurdán. Comenzamos por Figueras, a 48 kms de Gerona.



ITINERARIO - Gerona






PREPARATIVOS - Gerona

Viaje relámpago a Gerona para cenar en El Bulli (¡por fín!) y aprovechar unos poquitos días de turismo por una zona que no conocemos y que promete.

Preparativos:

  • TRANSPORTE: billetes de avión Madrid-Gerona con ryanair, la primera vez que viajamos con esta compañía, veremos que tal.
  • ALOJAMIENTO: hotel Ultonia 3* en Girona (primera y última noche), reservado en booking (mi página preferida de reserva de hoteles) y hotel Marina 3* en Rosas, también en booking.
  • COCHE DE ALQUILER: reservado un Ford KA en amigoautos, nos lo asignan en la compañía GOLDCAR rental, para recoger en el aeropuerto de Gerona y a devolver en el mismo punto.
  • ENTRADAS: reservo entradas para la casa-museo de Dalí en Portlligat, en www.salvador-dali.org y compro las entradas para el castillo de Púbol, la casa museo de Gala, en la misma página

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