Noche de niebla

Cenamos pronto en un restaurante italiano llamado S.P.Q.R. en Mulberry Street, la arteria principal de Little Italy. Ya a pie, tomamos el primer contacto con el barrio, lleno de restaurantes, muy animado.
Para esta noche tenemos programada la visita al mirador TOR (Top of the Rock), en lo alto del edificio principal de Rockefeller Center. Desafortunadamente, en lo alto nos espera la niebla, negándonos la maravillosa perspectiva que esperábamos contemplar, pero las nubes avanzan deprisa y tan pronto vemos tan sólo luces difuminadas, como las siluetas de los edificios se nos presentan claramente.
Jirones caprichosos se empeñan en cubrir los edificios más bajos, sin lograr alcanzar la cúspide del Empire State Building que, teñido hoy de verde, blanco y amarillo, asoma sobre la niebla triunfante.
Las luces del edificio varían en función de diversas conmemoraciones. Ignoro el significado de la de hoy.
Estamos frente al único edificio que ha conseguido ser el más alto de la ciudad no una sola vez, sino dos.
A continuación nos dirigimos de nuevo hacia Battery Park en cuyas inmediaciones vamos a tomar el ferry para Staten Island, con intención de ver bonitas vistas nocturnas de la Estatua de la Libertad iluminada.
Es mucha la gente que, además de nosotros, espera para tomarlo pero el ferry es muy grande y cabemos todos sin problemas. Sin embargo la niebla sí que va a conseguir que no veamos nada esta vez. Se ha cerrado en la superficie del agua y, aunque preparados en cubierta bien abrigados para protegernos del frío y de la humedad, sólo la oscuridad nos rodea.
Al llegar a Staten Island tenemos que bajar rápidamente y correr hacia el ferry de vuelta que está listo para regresar a Manhattan ya que, si no, tendríamos que esperar media o una hora al siguiente. Reunir al grupo y la carrera nos dan para unas risas. Finalmente caemos en nuestras camas rendidos y dispuestos a descansar para iniciar mañana con ganas otro día emocionante de descubrimientos.

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