Zakopane y montes Tatra


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Domingo, 22 de marzo: vamos prontito al punto de encuentro con el guía y el chófer que nos van a llevar a nuestra excursión a Zakopane, la mayor estación de deportes invernales de Polonia, a unos 100 kms de Cracovia, al pie de los montes Tatras, casi en la frontera con Eslovaquia.
Pensábamos que íbamos a ir con un grupo más grande y nos sorprende encontrar que no hay más viajeros que nosotros dos, así que pronto salimos los cuatro en coche.


Paisaje nevado, de Cracovia a Zakopane

 Al poco de salir de Cracovia el campo, a ambos lados de la carretera, empieza a vestirse de blanco que se hace más intenso a medida que avanzamos. Afortunadamente, aunque el cielo está bastante gris, no lloverá ni nevará el resto de la jornada.
Me llaman la atención algunas casas de 4 pisos y gran tamaño, muy parecidas unas a otras. El guía nos explica que durante la época comunista era difícil conseguir permisos para construír casas y entonces, cuando por fin los conseguían, intentaban que la casa fuera suficientemente grande para padres, hijos... etc, ocupando un piso cada familia. De ahí el tamaño y la configuración homogénea, no estaban los tiempos para florituras.
Unos 20 km antes de llegar a Zakopane hacemos un alto en el pueblecito de Chocholow, donde podemos admirar los bonitos chalets de madera de los siglos XVIII y XIX, que aún se mantienen en perfecto estado. Las encontramos a ambos lados de la carretera.


Chalets antiguos de madera en Chocholow, Polonia

Nos llama la atención la oficina de correos, un edificio también en madera, con un alto tejado rojo y las marquesinas del autobús, en el mismo material.


Paradas de autobús en en Chocholow, Polonia 


Uno de estos chalets ha sido habilitado como museo y podemos visitar su interior previo pago de la entrada correspondiente, que saca el guía, al estar incluida en la excursión contratada. Así nos acercamos un poquito al estilo de vida de los montañeses a través de sus prendas de ropa, de los recipientes usados para traer la leche desde las montañas, sus muebles, los cuadros de cristal pintado, las chimeneas, los utensilios de cocina... etc.


Casa-Museo en Chocholow, Polonia 

En la viga principal solían tallar la fecha de terminación de la obra. En concreto en el que visitamos se lee claramente "1798".
En la parte posterior de la casa se encuentra el cobertizo, donde se guarda el ganado y herramientas de trabajo o de transporte como carros o trineos.

Cobertizo en Casa-Museo de Chocholow, Polonia 

Si ya había mucha nieve antes de llegar a Chocholow, en el trayecto hasta Zakopane encontramos más todavía. La vegetación va espesando también, convirtiéndose en abetos y otras especies de montaña que forman preciosas imágenes a los lados de la carretera.
Nuestra primera visita en la localidad de 29.000 habitantes es Villa Koliba (1893), una elegante casa de madera diseñada por el artista Stanislaw Witkiewicz (eminente escritor, pintor, historiador del arte y trabajador social) y que sirvió de modelo para lo que se dio en llamar el estilo Zakopane, basado en la arquitectura local.


Villa Koliba, Zakopane (Polonia)

Este artista instaló en Zakopane su residencia y la impulsó como foco cultural antes de la I Guerra Mundial, atrayendo a muchos artistas que encontraron cerca de las montañas una fuente de inspiración.
Además de la Villa, Witkiewicz diseñó también su decoración y el mobiliaro. Esta casa, hoy convertida en museo, puede visitarse, también pagando entrada (7 zl en marzo/09), de miércoles a sábados de 9:00 a 17:00 y los domingos de 9:00 a 15:00.


Interior de Villa Koliba, Zakopane (Polonia)

Antes de entrar, nos ponemos unas fundas de tela sobre los zapatos para no estropear los brillantes suelos de madera.
En el interior podemos ver planos y maquetas de otras casas de la zona diseñadas por el mismo artista.
Recorremos las diferentes habitaciones, en las que la madera sigue siendo el material principal, proporcionando una calidez que completa la agradable temperatura que proporcionan las típicas estufas de cerámica refractaria.


Estufa de cerámica en Villa Koliba, Zakopane (Polonia)

Después de ver la Villa, nos dirigimos hacia el centro del pueblo y nos detenemos en una pequeña iglesia que, construida en el sigo XIX, es la más antigua de la localidad. Toda ella es de madera, tanto el exterior como el interior (púlpito, altar central y lateraales, bancos, paredes... etc)


Iglesia de madera de Zakopane, Polonia

En su pequeño cementerio "Na Pęksowym Brzyzku” descansan los restos de algunos polacos célebres en el mundo de la cultura, el turismo o el deporte relacionados con este lugar. Velan las tumba auténticas joyas en forma de esculturas y cruces religiosas de madera que le dan un aire pintoresco y especial.



Cementerio cementerio "Na Pęksowym Brzyzku” en Zakopane, Polonia

Recorriéndolo recuerdo haber leído que Zakopane significa "cubierta de nieve" y pienso que no podrían haber elegido un nombre mejor. De pronto bajo el grueso manto blanco aparece un nombre que ya me resulta familiar.


Tumba de Stanislaw Witkiewicz en Zakopane, Polonia

A continuación nos dirigimos hacia el funicular que va a llevarnos a la cima del monte Gubalówka, de 1.123 metros, un mirador sobre Zakopane. De camino, pasamos junto a los diferentes puestos de un mercado, pero no nos entretenemos ahora. Ya tendremos tiempo más tarde. El guía saca los tickets para el funicular (también incluidos en el precio de la excursión) y no tardamos mucho en llegar a la cima.
Estamos en las montañas Tatry (los Tatra), el macizo más alto y más bello de Polonia que, a su vez, forma parte de la larga cordillera de los Cárpatos.
Desde lo alto tenemos maravillosas vistas del valle donde está asentado el pueblo. 
 
Vista de Zakopane desde la cima del Gubalówka, Polonia

Algunos montañeses, con sus caballos y trineos, ofrecen a los turistas paseos por los bosques. Me quedo con las ganas de dar uno, pero nos sabe mal hacer esperar ese tiempo al guía que nos ha acompañado en el funicular.
Hay también algunos puestos de comida y terrazas, aunque no es el tiempo ideal para sentarse a tomar algo a la intemperie.  

Cima del Gubalówka, Polonia

Con mejor tiempo, desde aquí pueden emprenderse algunas rutas de senderismo así como otras actividades.
El frío aire de la montaña nos ha abierto el apetito y tras el descenso lo que primero hacemos es buscar un lugar para comer.
Lo encontramos en la calle Krupowki, la calle principal de Zakopane, donde hay que ir si se buscan restaurantes, cafés o tiendas.

Calle principal Krupowki en Zakopane, Polonia

 
Después de comer y hasta la hora de emprender el camino de regreso deambulamos entre los puestos del mercadillo que dejamos por la zona de la estación del funicular. Son algunas decenas de puestos que ofrecen productos variados como flores secas, alimentos, prendas de abrigo, artículos de artesanía... etc. El producto estrella es el queso de oveja ahumado (oscypek) que venden en infinidad de formas y tamaños.

Puesto de queso de oveja ahumado en Zakopane, Polonia

Ya en las afueras, nos detenemos unos minutos en el centro deportivo para ver un trampolín de saltos de 100 m y tribunas capaces de albergar a 40.000 espectadores.


Trampolín de saltos en Zakopne, Polonia

Por último, antes de terminar la exscursión, visitamos una joya situada en pleno monte y rodeada de bosques nevados: la Capilla del Sagrado Corazón de Jesús en Jaszczurówka - un ejemplo de la arquitectura sacra típica de esta zona, diseñada también por Witkiewicz.


Capilla del Sagrado Corazón de Jesús en Jaszczurówka, Polonia 

El nombre de esta región (Jaszczurówka) proviene de las salamandras, que en otro tiempo han vivido en esta región y eran llamadas Jaszczury (lagartos) por los montañeses locales. La capilla está dedicada al Sagrado Corazón de Jesús, fue proyectada por Stanislaw Witkiewicz, ya mencionado varias veces en esta página, y fundada por la familia Uznariski.
La construcción de la capilla comenzó en 1904 y terminó 2 años después. En su ejecución, los montañeses de la región demostraron su maestría con el hacha y el cincel.


Capilla del Sagrado Corazón de Jesús en Jaszczurówka, Polonia 

El altar mayor recuerda una cabaña típica de montaña. A mediados del siglo XX la capilla se enriqueció con dos altares laterales, uno dedicado a la Virgen María y otro a San José.
Las estaciones del Via Crucis, en las paredes laterales, están pintadas sobre vidrio. La lámpara de araña también fue esculpida en madera por los montañeses locales.

Carretera nevada en Polonia


Después de esta última visita emprendemos el camino de regreso hasta Cracovia, de nuevo por carreteras cubiertas de nieve pero tranquilos, confiados en la pericia de nuestro chófer, y satisfechos por este día intenso e inolvidable. 
















2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola que tal la vista del monte? no he visto fotos que hayas subido me interesa ir pero no se como estará! gracias!!

Victoria dijo...

Hola. He subido las fotos que faltaban de ese día. Cuando yo fui era invierno aún y, como verás, estaba todo nevado. A mí me gustó mucho esa excursión. En verano el ambiente será muy distinto, pero seguo que también merece la pena.

Saludos.