Jardines del Palacio de La Granja - Hasta más allá de El Mar


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El Mar (127) es un gran depósito situado en la parte alta de los jardines y que alimenta las fuentes. El primer itinerario que he elegido para recorrer los jardines del palacio de La Granja nos lleva hasta algo más allá de ese lugar.

NOTA - Los números de referencia incluidos en el detalle de este itinerario corresponden a los que aparecen en el plano que se muestra a continuación, que es una fotografía obtenida de los planos de situación que se encuentran en los jardines.



Entramos a los jardines por la Puerta principal (39). A nuestra izquierda queda el Palacio (41). A la derecha, es inevitable acercarse a la balaustrada para contemplar la perspectiva del Parterre de la Fama (37), un cuidado conjunto de setos dibujando formas geométricas. Tras el parterre se alza poderosa la Fuente de la Fama (36). Tras ella, los altos árboles del Bosquete de la Fama (35).


Pero no vamos a detenernos aquí, ya que este conjunto forma parte de otro itinerario, por lo que seguimos adelante, en línea recta con el palacio a la izquierda y el Parterre de la Fama a la derecha.
En la esquina que forman la calle de la Medianería (72) con la calle de los Dragones (75) encontramos la Fuente del Niño (74), una fuente de agua potable de las diez de este tipo que encontraremos repartidas por los jardines y que iremos descubriendo más adelante.


A la derecha de la Fuente del Niño comienza la Calle de los Dragones (75), que nos llevará hasta la fuente del mismo nombre. Hay dos Fuentes de los Dragones (77): la Fuente de los Dragones altos y la Fuente de los Dragones bajos. Ambas son muy parecidas y tienen el mismo número (77) en el plano. Lo mismo sucede con las Fuentes de las Tazas (90). Las altas son las más cercanas al palacio, que son las que visitaremos en este recorrido, dejando las bajas para otro itinerario.
En esta fuente los dragones son las figuras protagonistas, pero también las veremos a menudo en otras fuentes, ya que simbolizaban la fuerza del rey Felipe V y de la monarquía.
Cuatro feroces dragones sujetan con sus colas enroscadas un pedestal del que surge un surtidor. De las bocas de dragones y delfines salen los chorros, que se suman a los de los tritones que rodean el surtidor, hasta un total de trece.



Avanzamos en la misma dirección que traíamos por la calle de los Dragones. Si no estamos seguros del camino a seguir, buscaremos con la mirada un pedestal octogonal de marmol blanco con basamento de dos escalones y que sostiene tres figuras también blancas. Así llegamos hasta la Plazoleta de las Ocho Calles (81)




Sobre el pedestal Mercurio (con el caduceo en mano derecha y alas en cabeza y talones) abraza a Psiquis (o Pandora), que lleva en su mano el pomo de la belleza (o de las desdichas, según otros), tras rescatarlo del Infierno. Asciende hacia el Olimpo para desposarse con Cupido. La tercera figura del conjunto representa el "rencor", que intenta impedir la ascensión de Psiquis.
En esta gran plaza circular de 65 m de diámetro confluyen ocho calles o paseos, entre las cuales están colocadas ocho fuentes, todas de igual estructura arquitectónica: el grupo escultórico central se encuentra bajo un gran arco de medio punto sostenido por dos columnas y coronado por un cesto de frutas y flores. A los pies de algunas de las estatuas aparece su emblema. En los dos extremos de cada fuente, alejadas del arco, hay diferentes figuras de niños con ocas. De las dieciséis figuras de este tipo, ninguna se repite. Frente a cada fuente, un pilón recogerá el agua que vierten sus chorros, un total de 65 entre todas.
Neptuno (82), dios del mar, mira de pie hacia el norte. En la mano derecha lleva el tridente. Apoya el pie izquierdo sobre la cabeza de un delfín. Frente a la figura hay una gran taza de mármol, a la que arrojan agua por la boca dos caballos marinos o hipocampos.



La Victoria (83), también llamada la Paz Triunfadora, está representada por una doncella sentada sobre un pedestal de mármol blanco. En la mano derecha lleva una corona de laurel y, en la izquierda, una palma. A sus pies hay algunos objetos militares.


Marte (84), dios de la guerra, apoya su brazo derecho sobre un escudo y lleva una espada en la mano izquierda. A sus pies hay varios objetos de guerra.



Cibeles (85), en pie, muestra actitud suplicante. A sus pies, su emblema, dos leones.


Saturno (86) aparece de pie, alado, desnudo y calvo con larga barba. En la mano izquierda lleva un reloj de arena que simboliza el tiempo. Y con el antebrazo sostiene el mango de una guadaña. Su emblema: dos ciervos alados.


Minerva (87), protectora de las artes y las ciencias, es representada por una mujer sentada sobre un pedestal. Lleva una lanza en la mano derecha y un escudo en la izquierda. Posa el pie izquierdo sobre una bola del mundo. A su alrededor, algunos objetos relacionados con el arte y la ciencia.


Hércules (88), sentado, semidesnudo, con un grueso garrote en la mano derecha mientras con la izquierda sujeta la cabeza de un león, simbolizando el valor y la fuerza de este héroe.


Ceres (89), diosa de la agricultura, está de pie mirando hacia el este. Lleva un haz de espigas en las manos. Su emblema: dos dragones.



Con la fuente de Ceres terminamos la ronda en la Plazoleta de las Ocho Calles y seguimos el recorrido. Tomamos la calle entre las fuentes de Marte y Cibeles para llegar a la Fuente de la Taza Alta (90).
El grupo escultórico de esta fuente, al igual que el de la Fuente de la Taza Baja, está formado por un pedestal central de mármol blanco que lleva adosados cuatro modillones con volutas sobre los que descansan cuatro tritones (náyades en la Taza Baja). Cada tritón sostiene una concha sobre su cabeza. Sobre el pedestal una gran taza de mármol blanco, que da nombre a la fuente, descansa sobre cuatro delfines. En el borde de la taza cuatro tritoncillos (mitad niño, mitad pez) vacían sus cántaros sobre las conchas que sujetan los tritones.
En lo alto un tritón abraza a una náyade que sostiene un cuerno de la abundancia, que en realidad es un surtidor vertical.


Seguimos nuestro camino hacia El Mar por la Calle Alta (117), donde pronto encontramos el Estanque Cuadrado (107). Es el segundo estanque en importancia, después de El Mar, tanto por su tamaño (unos 44 m de lado) como por las funciones que realiza. Recibe agua directamente de los arroyos Morete, Carneros y Cacera de Peñalara, así como del Depósito Nuevo (136). Y abastece a seis fuentes de los jardines, al Depósito de Usos Comunes (91) y, en caso de necesidad, directamente al pueblo de La Granja.
Continuamos por la Calle Alta dejando atrás el Estanque Cuadrado. Un poco más adelante veremos un cartel relativo a la Campaña de Protección de Murciélagos de Patrimonio Nacional. Leemos: "El Patrimonio Nacional en colaboración con la Junta de Castilla y León, dentro del marco de un programa LIFE de la U.E. ha iniciado una Campaña de Protección de Murciélagos que, entre otras localidades, contempla la importante población de la Granja de San Ildefonso.
Para ello ha sido necesario dejar una apertura suficiente en la reja de algunos pozos para permitir el tránsito de estos animales, que los utilizan como lugares de reposo e hibernación."

Efectivamente, cerca del cartel podemos ver uno de estos pozos y, fijándonos, cerca, algunos más.

Nos encontramos ya muy cerca de El Mar, pero antes de acercarnos hasta él, llama nuestra atención el Puente de los Suspiros. Es un puente de madera cubierto, hecho con troncos y ramas de pinos de Valsaín. Ignoro por qué recibe este nombre, pero el lugar no puede ser más íntimo ni tener más encanto. Me gusta mucho este sitio a pesar de que, debido a la sequía, el arroyuelo que pasa por debajo es tan sólo un hilillo. Este puente recibe también el nombre de El Tranvía, por la situación de los bancos en su interior, en dos filas, a los lados, una frente a otra. Para mi gusto, es mucho más bonito el primer nombre.

Y, ahora, ya sí. A por El Mar (127), como dice la canción de Aute. Este embalse recibe las aguas de los arroyos Carneros, Morete y de la Cacera de Peñalara. Proporciona agua a las fuentes y, aunque normalmente no se usa para suministrar agua al pueblo de La Granja, podría utilizarse también para este fin en casos de muy fuerte sequía. En sus aguas hay ejemplares de trucha y gobio.



Bordeamos el embalse por su parte posterior, para rodearlo. Enseguida nos sorprende La Gruta (131). Desde lo alto el agua cae a El Mar en una pequeña cascada. El camino nos lleva al interior de la Gruta, donde podemos observar algunas estalactitas y estalagmitas procedentes del Monasterio de Piedra.


El Mar visto desde el interior de La Gruta. Prestando atención, en lo alto se aprecia la cascada, aunque es caudal es escaso.


Un poco más adelante encontramos la Piscifactoría (130), que ha estado en funcionamiento, para la reproducción de truchas, en diferentes épocas, estando en desuso ahora.


Detrás de El Mar, aún nos queda La Casa de la Góndola (128), que recibe este nombre por ser albergue de una góndola de estilo napolitano y origen incierto. Actualmente se encuentra en el palacio de Aranjuez. También se usó este edificio como refugio nocturno de las aves acuáticas que nadaban en El Mar.



... Continuará

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