10 DÍAS EN LOS FIORDOS NORUEGOS + OSLO Y ESTOCOLMO

Estocolmo - Oslo y Reino de los Fiordos III (Con Cóndor Vacaciones)
Del 24 de julio al 3 de agosto de 2008.


ITINERARIO del viaje:



Días 1 y 2: Estocolmo


Pinchar AQUÍ pra ver detalle de las visitas a esta ciudad.


DÍAS 3: Estocolmo - Karlstad - Oslo (550 km)

Hemos salido desde Estocolmo en autobús en dirección a Oslo. Por el camino hacemos un alto en Karlstad, localidad sueca al norte del mayor lago de este país, el Väneren.

KARLSTAD


Aprovechamos el tiempo libre que nos dan para estirar las piernas, comer unos bocadillos y tomar un café.
Después, hasta la hora de volver al autobús, paseamos por sus tranquilas calles y desembocamos en una gran plaza donde destaca, a un lado, el edificio del Ayuntamiento y una estatua de una mujer que sostiene en sus manos los fragmentos de una espada y pisa una cabeza con un casco militar. El guía nos explicó el significado pero no lo recuerdo. En el otro lado, detrás del ramaje de los árboles y de los macizos de flores, asoma la torre blanca de una iglesia.
Pronto seguimos el viaje hasta Oslo, que aún nos quedan bastantes kilómetros y las carreteras aquí no están hechas para recorrerlas con prisas.

OSLO


Llegamos a OSLO por la tarde. (Pinchar sobre el nombre de la ciudad para ver detalles de la visita)



Día 4: Oslo - Lillehammer - Lom - Región de los fiordos (Skjolden)

Procedentes de Oslo, bordeamos el Mjøsa, el mayor lago noruego, para llegar a Lillehammer.

LILLEHAMMER


Esta localidad fue sede de los Juegos Olímpicos de invierno en 1994 que dotaron a la ciudad de magníficas instalaciones. Entre ellas, una magnífica pista de esquí que se puede ver a lo lejos al acercanos por la carretera.
Paramos junto a un jardín en el centro, muy verde y florido. Muy cerca asoma la torre de una iglesia y nos acercamos hasta ella. Nos llama la atención ver a su alrededor las lápidas de un cementerio. Más tarde confirmaremos que así es la disposición normal de estos recintos en las iglesias luteranas.
Caminamos por las calles pero todo está cerrado porque es domingo. En un escaparate vemos el curioso escudo de la ciudad: un guerrero vikingo con lanza y escudo deslizándose sobre sus skis. Está claro que estamos en un lugar que es desde antaño una popular estación de deportes de invierno.
Depués de esta parada, ponemos rumbo hacia Lom, donde vamos a comer. Por el camino, a los dos lados de la carretera podemos ver montañas y prados verdes salpicados de casitas de madera. Muchas de ellas tienen hierba plantada en su tejado. El guía nos explica que la tierra y la hierba conforman un buenísimo aislante natural para mantener el calor dentro de las casas en los largos y crudos meses de invierno. En esta ola de calor que atraviesa estos días esta parte del Globo cuesta recordar los gélidos inviernos escandinavos, pero los noruegos están bien preparados para cuando vuelvan.
LOM


Es ésta una población rural a orillas del río Otta, famosa por su iglesia escandinava de madera, la Lom Stavkirke, a la que nos acercaremos más tarde, después de comer.
Comemos en un acogedor y típico restaurante concertado por el circuito donde TODO es de madera: el suelo, el techo, las paredes, los muebles...
Desde lejos el tejado puntiagudo de la valiosa iglesia destaca apuntando hacia el cielo menos contaminado de Europa.
Cruzamos el río por un puente y nos admira su fuerza y caudal. A lo largo de todo el viaje el agua nos sorprenderá en sus diferentes formas, tan poderoso y abundante.
Por último, y ahora sí, vamos hacia la iglesia de madera. Aún veremos otra en nuestro recorrido, dentro de unos días, en Kaupanger. De las casi 750 iglesias similares que deben de haber existido, hoy tan sólo quedan 28. Son auténticas joyas. La mayor es la de Heddal y la más famosa, la de Borgund. Desgraciadmaente no vamos a ver ninguna de las dos. Quizá en otra ocasión, nunca se sabe.
Ésta de Lom tiene sus profundos cimientos originales del año 1000, si bien lo que actualmente vemos data de 1600. Misteriosas cabezas de dragón rematan los tejados. Creo recordar que en algún sitio leí que se trata de un símbolo de protección.
Y ¿cómo no? Junto a la iglesia, siempre el cementerio.
Después de este alto en el camino, seguimos viaje dirigiéndonos hacia la Región de los Fiordos.
Más tarde hacemos otra parada junto a un lago y vemos por primera vez la nieve. Según nos cuenta el guía hasta junio no se ha podido circular por aquí, ya que las carreteras estaban cortadas por la nieve, que en esta zona puede acumularse varios metros. De hecho junto a la carretera vemos unos palos muy altos de madera que sirven para saber por dónde va cuando todo está cubierto.

SKJOLDEN

Nuestra primera meta en la Región de los Fiordos es Skjolden, una de las terminaciones del Sognefjord (o Fiordo de los Sueños, aunque no es ésta su traducción real). En este pequeño pueblo tenemos el hotel donde vamos a alojarnos esta noche y que se llama igual que el lugar: hotel Skjolden.
Es bastante avanzada la tarde pero el sol brilla aún con fuerza. No anochecerá hasta cerca de las 11 de la noche y la oscuridad no llega a ser completa. A las 4 de la madrugada ya es de día de nuevo. Un intenso verano para compensar la falta de luz en invierno.
El agua del fiordo recibe a los bañistas que disfrutan de calor en su playa.
Podríamos sumarnos a ellos pero preferimos otra aventura. En un pequeño campo de futbol un helicóptero nos espera para llevarnos sobre las montañas y contemplar un glaciar y el fiordo a vista de pájaro.
El despegue es tan suave que, entretenida en abrochar el cinturón, apenas me entero. Al levantar la vista ya estamos volando y lo primero que sorprende es el color turquesa intenso del agua, que parece teñido y que se debe a la alta presencia de oxígeno debido al deshielo del glaciar.
Las escenas se suceden deprisa y es difícil quedarse con una sola imágen porque todas bellas, lo mismo el agua del fiordo que los bosques,los valles,las cumbres, las laderas, la nieve de las montañas y el glaciar, que aparece como un círculo en la foto, con distinto color que la nieve a su alrededor, una enorme masa de hielo que se desplaza.
Quisiéramos estirar aún este cuarto de hora, pero hay que regresar para que suba el siguiente grupo. Antes de aterrizar sobrevolamos de nuevo las aguas del fiordo.
Luego regresamos al hotel para descansar de este largo e intenso día. Esta es la maravillosa y relajante vista que tenemos desde la ventana de la habitación. ¿A que es bonita?



Mañana nos adentraremos en esta impresionante región comenzando el día con la visita a un glaciar.



Día 5: Región de los Fiordos - Ulvik

Volvemos la mirada por última vez hacia el fiordo y salimos prontito de Skjolden para aprovechar bien el día, que tenemos que ver muchas cosas.
La primera visita es el glaciar de Nigards, en el parque nacional de Jostedal. Jostedalsbreen, con una extensión de 100 kilómetros de largo y 15 de ancho, es el casquete glaciar más extenso de la Europa continental. Aquí vemos la terminación en el agua de una de sus lenguas, ahora contraída por el inusual calor.
Más cerca.
La Oficina de Información, cerca del glaciar, con su original tejado imitando el casco de un barco vikingo.
Y desde más lejos, apreciamos que lo que al acercanos parecía un simple bloque de hielo es el extremo de un largo brazo de hielo que serpentea en su descenso por la montaña.
A continuación nos dirigimos a Kaupanger, en cuyo embarcadero cogeremos el ferry que nos va a llevar hasta Gudvangen por un tramo del Sognefjord (Fiordo de los sueños). Muy cerquita del embarcadero está la segunda iglesia de madera que vamos a ver en este viaje, es la Iglesia de madera de Kaupanger (Kaupanger Stavkirke), del siglo XII. Aparentemente más sencilla en su construcción que la de Lom, pero bella y especial también.
Desde la iglesia vamos caminando hasta el embarcadero, muy cerca. El fiordo que vamos a recorrer es también el de los Sueños, (Sognefjorden), el mismo que vimos en Skjolden. Ees el fiordo más largo de Noruega, con una longitud de unos 200 kilómetros.
Llega el ferry. Los pasajeros y coches que proceden de Gudvangen desalojan el barco rápidamente y subimos los que vamos a realizar ahora el trayecto inverso.
Una vez acomodados en el ferry, empezamos a disfrutar de las maravillosas vistas del fiordo. Hay una primer tramo más ancho, que correspondería al fiordo principal.
No hay ni una nube, el sol calienta con fuerza y unas cuantas gaviotas nos acompañan.
El tiempo permite disfrutar del paisaje al aire libre, pero en el interior del barco también tenemos asientos y un pequeño bar por si queremos tomar algo.
En el segundo tramo del recorrido entramos en una de las ramificaciones del fiordo y éste se estrecha.
A los lados se elevan poderosas las alturas, que a lo largo de este fiordo llegan a ser de más de 2.000 metros.
Con frecuencia nos cruzamos con diferentes tipos de embarcaciones. No hay que olvidar que además de un disfrute para los turistas, los fiordos son una importante vía de comunicaciones.
Terminada la travesía, nos dirigimos en autobús hasta Flåm (la 'a' con el circulito se lee como nuestra 'o', de modo que pronuciaríamos 'flom'), para tomar el famoso ferrocarril (Flåmsbana) desde el que, a lo largo del inclinado trayecto, tenemos vistas espectaculares de valles, aldeas ...
... montañas y cascadas.
Hacia mitad del recorrido el tren se detiene. El guía nos advierte que, en cuanto salgamos, nos dirijamos rápidamente hacia el extremo izquierdo del andén para tener una buena perspectiva del mini-espectáculo en el que una especie de ninfas bailan bajo la cascada. Se puede ver a una de ellas en la parte de abajo de la foto.
Pero en cuanto el espectáculo termina, hay que regresar rápidamente a nuestor vagón sin entretenernos. Si el tren se va sin nosotros, tal vez tengamos que esperar varias horas al siguiente.
Continuamos el recorrido hasta Myrdal, donde nos espera el autobús que nos va a llevar a nuestro hotel en Ulvik.
Pasaremos la noche en Ulvik para, a la mañana siguiente, continuar el viaje hasta Bergen.

**Día 6: Ulvik - Bergen

Dejamos el hotel en Ulvik y emprendemos el trayecto de 110 kilómetros hasta Bergen. En el camino hacemos un alto para ver la Cascada de Steindal (Steindalfossen). Se trata de una caída de unos 50 metros del río Fosselva.
Por detrás de la casita roja hay un sendero que lleva detrás de la cascada y permite situarte detrás de la cortina de agua sin mojarte.
Nos despide un simpático troll desplegando entre sus manos la bandera del país.
Ahora ya sí, continuamos sin detenernos hasta llegar a Bergen. La primera imagen que tenemos de la segunda ciudad más grande de Noruega después de Oslo, es la de sus típicas casas de madera al fondo del fiordo.
Lo primero que llama nuestra atención es Bryggen. Este barrio de madera, con 900 años de madera, fueron los viejos almacenes y viviendas de los trabajadores alemanes de la Liga Hanseática. Ha sido designado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Ahora la mayoría de estas edificaciones han sido ocupados por tiendas.
Iglesia de Santa María (Mariakirken) - una parte del presbiterio de esta iglesia data el siglo XI.
En tiempos de la Liga Hanseática, los mercaderes germanos la conviertieron en su iglesia particular y la embellecieron con valiosa ornamentación.
Håkonshallen - un salón de ceremonias gótico que construyó el rey Haakon Haakonssson para la coronación y los esponsales de su hijo, en 1261. Se cree que es el edificio secular medieval más grande que se conserva en Noruega.
Junto con Håkonshallen, la Torre Rosenkrantz (Rosenkrantztårnet) forma parte de las antiguas fortificaciones de Bergenhus (castillo de Bergen). La torre actual fue erigida como estructura defensiva y vivienda.
Bergenhus (castillo de Bergen).
La oficina de Información Turística está en pleno centro, frente al Mercado del Pescado, que visitaremos mañana. En su interior hay exposicones así como presentación de la oferta de actividades en Bergen y en los fiordos.
Bonitos edificios del centro muy cerca de la Oficina de Turismo.
Antes de ir a cenar subimos en funicular a la montaña de Fløyfjellet, más conocida como Fløyen. Cogemos el funicular (Fløibanen) muy cerca del mercado del pescado y nos sube los 320 metros que hay hasta la cumbre, desde donde llegamos en 7 minutos, a tiempo de fotografiar el maravilloso atardecer sobre el fiordo.
En la colina hay varios senderos para pasear, pero está oscureciendo y no hay que olvidar que en Noruega en cualquier momento, en cualquier lugar, cuando menos lo esperemos, puede cruzarse en nuestro camino un troll.
Una vez abajo, después de haber usado de nuevo el funicular para regresar al centro de Bergen, al mirar hacia la colina nubes oscuras, como no habíamos visto hasta ahora en este viaje, amenazan lluvia. Nos da tiempo a llegar al hotel sin mojarnos y oímos el agua caer con fuerza entre el rugido de los truenos cuando ya estamos descansando entre sábanas frescas.

**Día 7: - Bergen - Stavanger

La mañana siguiente, después de la tormenta, amanece despejada y calurosa, como las anteriores. Aprovechando que es pronto y que no tengo sueño, salgo a dar un paseo por las inmediaciones del hotel.
Enseguida llego a la Universidad, que abrió sus puertas en 1946. En la actualidad seis facultades cubren la mayor parte de las disciplinas universitarias.
Continúo el paseo por calles de edificios de poca altura que bajan hacia el muelle, en el centro.
Dejo atrás la Iglesia de Johannes (Johannes Kirken).
Y llego a un barrio encantador de casitas de madera
en la que algunas parecen como de cuento. No me sorprendería que un gnomo, un elfo o tal vez un troll asomara por la puerta o una de las ventanas.
Las flores y plantas lucen de mil colores al sol bien lejos ahora de la crudeza del invierno.
Después de este agradable paseo tempranero regreso al hotel para cerrar las maletas y dejar la habitación. Seguidamente callejeamos de nuevo aprovechando el tiempo antes de seguir viaje.
Edvard Grieg (1843-1907), nació en esta ciudad y es el compositor, pianista y director de orquesta más celebre de Noruega.
No podemos irnos de Bergen sin probar el magnífico pescado y marisco que ofrecen en el Fisketorget, el Mercado del Pescado, donde los pescaderos montan sus puestos de lunes a sábado, desde las 7 de la mañana hasta las 7 de la tarde.
Junto a las tranquilas aguas del fiordo se venden pescados, mariscos, frutas, verduras, flores, objetos artesanales y recuerdos.
Ofrecen una enorme cantidad de pescados y mariscos.
Tanto crudo como listo para ser degustado.
Aquí no hay problema con el idioma, hables lo que hables, a la hora de vender y comprar no habrá trabas para comunicarse.
Es difícil resistirse a estos manjares y antes de que desaparezcan del plato decido inmortalizarlos.
Para postre, unas deliciosas fresas noruegas, que ahora es plena temporada y están deliciosas.
Nos despedimos de Bergen, antigua capital del reino, y salimos hacia Stavanger por la Ruta Atlántica, que discurre entre agua e islotes atravesando los fiordos de Bjorna y Bokna en ferry, las islas de Rennesoy y los túneles submarinos de Rennfast (los más profundos del mundo, a 223 m bajo el nivel del mar).

**Día 8: Stavanger

Llegamos a Stavanger procedentes de Bergen, 225 kilómetros a lo largo de la Ruta Atlántica. Después de descansar en el hotel Park Inn vamos a empezar el día con un crucero por el Fiordo de Lyse (Lysefjord). Lo hacemos en un barco de la compañía Rodne (www.rodne.no)
Desde el barquito pasamos junto al Museo Noruego del Petróleo (Norsk Oljemuseum). Este ultramoderno museo fue inaugurado en 1999 y, en su interior, ilustra gráficamente la vida y el trabajo en una plataforma petrolífera. Se exponen modelos del equipo quse se emplea como brocas perforadoras, campanas de buzo... etc.
Su arquitectura es una interpretación de las rocas sólidas noruegas, del paisaje abierto a la costa y de las instalaciones petroleras en el mar.
Pasado el puente dejamos la ciudad atrás.
Sol y nubes pugnan por apropiarse del cielo. Afortunadamente ganará el sol y tendremos una mañana cálida y despejada como todas las que hemos disfrutado hasta ahora.
Lo que en el mapa parece un estrecho camino de agua en la realidad es bastante más ancho que lo que imaginaba. Tal vez se estreche más adelante. De momento, avanzamos deprisa dejando una bonita estela.
Agua, sol, nubes, cielo, bosques y montañas es el paisaje que se repite en infinitas composiciones que forman infinitas postales, a cual más bella e impresionante.
Muy de vez en cuando divisamos alguna casita. Muchas familias de Stavanger tienen sus casas de verano alrededor de este fiordo.
En uno de los lados vemos caer una cascada.
El barco se acerca a la pared de piedra hasta tocarla y uno de los tripulantes recoge agua en un recipiente que luego degustamos en vamos de plástico. Es fresca y pura. Fantástica el agua que se puede beber en este país.
Ya debemos de estar cerca del Prekestolen (El Púlpito) y lo busco con la mirada. Al encontrarlo, estoy de acuerdo en que el nombre no podría describirlo mejor. La plataforma sobresale de la pared de roca a unos 600 metros del agua. Espectacular y sobrecogedor.
Lo acerco con el zoom a falta de decisión para hacer la subida andando. Hay miembros del grupo que van a subir y el barco los acercará al punto de inicio del sendero que sube hasta arriba. Los que hemos decidido no seguir, continuamos en el barco de vuelta a Stavanger.
La superficie del Prekestolen es totalmente plana y mide aproximadamente 25 x 25 metros. Hay una grieta entre el mismo Púlpito y la montaña. Durante mucho tiempo se temía que un día el Púlpito caería causando un tremendo maremoto, pero científicos que han medido la grieta aseguran que esta magnífica formación está totalmente segura.
Stavanger es la tercera ciudad más grande de Noruega después de Oslo y Bergen. La sardina y el petróleo han sido el soporte principal de su desarrollo económico.
Valbergtårnet. Es una antigua torre de vigilancia contra incendios, situada en la colina de Valberget y se completó en 1852.
Catedral (Domkirken) - data del año 1100 y se consagró en honor a San Svithun, que a partir de ese momento se convirtió en el patrón de Stavanger. En 1272 sufrió un incendio y fue reconstruida. Las dos torres piramidales de la fachada datan de 1746. Es uno de los exponentes más destacados de catedral medieval.
Gamle Stavanger es un pintoresco barrio residencial con preciosas casas de madera y estrechas calles empedradas.
Hileras enteras de casas de madera encaladas del siglo XIX, perfectamente conservadas, con sus pequeños jardines delanteros y sus vallas de madera.
Son 156 casas protegidas, antaño residencias de marineros y trabajadores locales, que hoy reciben un trato exquisito por parte de sus nuevos inquilinos.
Nuestro viaje prácticamente ha terminado. Emprendemos el regreso con pena. Mañana nos dirigiremos hacia Flekkefjord y Sandefjord para terminar el día en Oslo. Nos espera un largo recorrido de unos 600 km.

**Día 9: Stavanger - Flekkefjord - Sandefjord - Oslo

Procedentes de Stavanger, llegamos a esta localidad, que es el puerto pesquero y piscicultor más importante de la costa de Skagerrak.
Por fin, después del largo recorrido de 600 kilómetros, desde que dejamos Stavanger esta mañana, llegamos a Oslo.

**Día 10: Oslo y regreso

Karlstad

DÍA 3

Hemos salido desde Estocolmo en autobús en dirección a Oslo. Por el camino hacemos un alto en esta localidad sueca al norte del mayor lago sueco, el Vänern.

Paseamos por sus tranquilas calles para estirar un poco las piernas y desembocamos en una gran plaza. Esta es la vista de un lado.



Aquí la vista del otro lado.



Después, seguimos el viaje hasta Oslo.

Estocolmo en 1 día y medio

1 día y medio en Estocolmo


DÍAS 1 y 2
Llegamos a Estocolmo desde Madrid. Es nuestra primera etapa del circuito Estocolmo - Oslo- Reino de los Fiordos III que hacemos con CONDOR vacaciones en julio de 2008. Tenemos una tarde y un día completo para recorrer la ciudad. El hotel Rica Kungsgata está al lado de la calle más comercial, la Drottninggatan, siempre llena de gente y bullicio.


La recorremos hasta el final, a las puertas de Gamla Stan, la Ciudad Vieja.


A la derecha, desde el puente, vemos el Ayuntamiento (Stadhuset), símbolo de la ciudad, que visitaremos mañana. No cruzamos aún a Gamla Stan y tomamos Stromgatan a la izquierda, en dirección a la Ópera.


Estatua ecuestre de Gustavo II Adolfo, frente al edificio de la Ópera


Edificio de la Ópera, construido en 1898, con un auditorio magníficamente ornamentado para reemplazar a un edificio anterior.


Desde ahí estamos a un paso del muelle de donde salen los barquitos turísticos. Tomamos uno en Stromkajen, junto al Grand Hôtel. Este hotel es el más lujoso de Suecia. Fue fundado en 1874 por el jefe de cocina de Óscar II, Régis Cadier. Desde 1901 aloja cada año a los ganadores del Premio Nobel y en el salón conocido como Sala de los espejos (Spegelsalen)se celebraba el banquete de los Premios Nobel hasta 1929, cuando el acto fue trasladado al Ayuntamiento.


Hay varias opciones de recorrido. Elegimos el Royal Canal Tour, que por 140 SEK nos da un paseo de 50 minutos, empezando a lo largo del canal Djurgårdsbrunn. Cuando el canal desemboca en el lago retornamos hacia el centro de la ciudad. Durante el verano este circuito sale cada hora desde las 10:30 hasta las 19:30.
En el paseo vemos bonitos barcos.


Curiosos anclajes para botes. RECTIFICO: en el foro de losviajeros me aclaran que en realidad esto sirve para romper el hielo que en invierno se forma en todo el canal.


El exterior del museo Vasa (Vasamuseet), cuyo interior tenemos pensado visitar al día siguiente.


Muy cerquita del Vasa, divisamos el Nordiska Museet.


Y gente en terrazas por todas partes. Aunque esperábamos encontrar fresquito, esos días de julio en Estocolmo hace un calor abrasador.


Pasamos bajo el Puente Djurgårdsbron, que es el que llega a la isla de Djurgården. El actual fue construido en 1896 para conmemorar la Exposición de Estocolmo, celebrada al año siguiente. Más tarde lo cruzaremos en autobús para ir a Skansen.


En el canal hay mucho tráfico, tanto de barquitos parecidos al nuestro como de otros distintos. También de piraguas.


En algunas zonas podemos ver los edificios de Skansen, que visitaremos más tarde.


Y vemos preciosas casas junto al agua.



Sobre los árboles, destaca a lo lejos la alta torre de la Televisión.


Hasta un molino holandés vemos.


Más barcos.


Divertidas gruas disfrazadas de jirafas.


El parque de atracciones.


Enormes transatlánticos de crucero.


Y, regresando al muelle, el majestuoso Palacio Real.


Después del relajante paseo en barco vamos a visitar Skansen. Para llegar hasta allí nos dirigimos hacia la plaza Norrmalmstorg, por donde pasa el autobús 47. Compramos un bono de 16 cupones, válido para 8 viajes, en uno de los quioscos Pressbyrån en la misma plaza. De allí sale también el tranvía azul, que llega a Skansen, pero no lo cogemos porque ahí no valen los cupones que acabamos de comprar.

Skansen es el primer museo al aire libre del mundo, de 1891, muestra la Suecia del pasado con granjas y mansiones solariegas. Se muestran también la flora y la fauna.

Es última hora de la tarde y todo está muy tranquilo. Escuchamos música y, siguiendo los acordes, llegamos hasta una zona donde algunos bailarines vestidos con trajes típicos bailan danzas populares.


Los espectadores pueden descansar en bancos preparados para ello mientras observan las danzas, pero el sol aún calienta con ganas y no nos detenemos aquí mucho tiempo.


Callejeamos sin rumbo definido por los caminos dejando a los lados curiosas construcciones, la mayoría de madera.


Este poste ornamentado no sé bien qué función tiene, pero me gustó y aquí lo dejo. Tal vez alguna vez lo descubra.

NOTA - Gracias a Sonia1970 de la web de losviajeros, que me ha facilitado esta información: "Es un poste que los suecos ornamentan para celebrar Midsommar la noche de San Juan. Realmente no tiene ninguna utilidad, salvo la de adornar, pero los suecos lo ponen en cada jardin de cada casa o en los jardines en las ciudades. Para ese dia se le ponen colgando del poste horizontal unas cintas de colores que le dan un aspecto bien vistoso."

Muchas gracias, Sonia.


Una caseta de guiñol, donde probablemente se ofrecerán espectáculos infantiles en ocasiones.


Y unos caballitos rojos, símbolos de Suecia.


Antiguos carromatos


Íbamos buscando los animales, pero encontramos muy pocos. Creo que hay una hora a la que les dan de comer y será mucho más fácil verlos, pero cuando fuimos nosotros era tarde y seguramente ya estaban descansando. Un jabalí de muestra.


Y estos otros, que no sé bien qué eran.


La torre Bredablick, mide 30 metros. Fue levantada en 1870 por un médico que quiso hacer un balneario. El lugar se consideraba beneficioso por su altitud y los bosques que lo rodeaban. La torre fue adquirida por Skansen en 1891.


Hito o mojón, data de 1680. Eran levantados a intervalos regulares en todas las carreteras principales de Suecia.


Cementerio de la iglesia de Seglora. Como en todas las iglesias luteranas que veremos en este viaje, situado siempre junto a la iglesia.


Iglesia Seglora. Es una iglesia de madera, con tejado de teja plana y delgada, construida entre 1729 y 1730 en Suecia occidental. En su decorado interior destaca el púlpito, aún más antiguo que la iglesia. Es la iglesia más popular de Suecia para la celebración de bodas.


Campanario de Hällestad, de 40'5 metros de altura. Es el más alto de toda Suecia. Fue donado a Skansen por los parroquianos después de que su iglesia fuera destruida por el fuego.


Cuando nos cansamos de pasear por Skansen nos sentamos en un bar a tomar un refresco. Desde allí tenemos una bonita panorámica.


Globen Arena, diseñado en una espectacular forma esférica.


De vuelta al centro de Estocolmo nos topamos con una curiosa exposición fotográfica en la calle.



Recorremos el camino inverso en dirección a Gamla Stan, pasando de nuevo frente a la Ópera.


Nos llama la atención ver gente pescando en el mismo centro de la ciudad.


Esta vez sí que cruzamos la puerta en forma de arco que forma parte del Parlamento sueco.


Pero antes de atravesarla divisamos de nuevo a la derecha la silueta del Aayutamiento, destacando sobre los cálidos colores del atardecer.


Además de las estrechas calles y la sensación de haber sido transportado a otra época, hay algo más que llama la atención en Västerlånggatan, la calle principal de Gamla Stan, y es el olor a barquillos que sale de las heladerías que lo salpican. En la misma heladería los hacen a la vista de los clientes. Es curioso observar el proceso sin dejar de probar uno de los maravillosos helados que nos ofrecen.


Es tarde y el cansancio del largo día va haciendo mella en nosotros. Decidimos volver caminando al hotel, que está muy cerca, no sin antes observar una nueva imágen del Ayuntamiento, rodeado del reflejo de las luces en el agua.


Obelisco de cristal, en la plaza Sergels Torg (La plaza de Sergels)


El día siguiente amanece tan despejado y caluroso como el anterior. A primera hora es muy agradable pasear por la Drottninggatan (La calle de la reina) completamente vacía.


Encuentro esta original fuente que llama mi atención. En Oslo veremos una parecida,
no sé si del mismo autor.


Después iniciamos la visita panorámica del circuito, en autobús. La primera parada la hacemos junto al lago Mälaren, desde donde dicen que se ve la mejor perspectiva del Ayuntamiento.


En la subida a la parte sur de la ciudad pasamos junto a "La mano" (así, tal cual), el monumento a los voluntarios suecos caídos en defensa de la República durante la guerra civil española, en Slussen


Desde el mirador en lo alto vemos una bonita vista de la ciudad. El parque de atracciones, que ya habíamos visto desde el barco.


Gamla Stan.


En el centro de la siguiente foto podemos ver el Katarina Hissen (El ascensor Katarina). Es un elevador que sube hasta cerca de 30 metros de altura, desde donde los visitantes pueden disfrutar de las mejores vistas de la ciudad.


Otra vista del mismo elevador, desde abajo.


Obelisco en Slottsbacken, junto al palacio real y la Catedral (Storkyrkan). Fue erigido en 1799 como agradecimiento a los ciudadanos por el apoyo prestado a Gustavo III en la guerra contra Rusia.


Palacio Real.


Guardia Real frente al Palacio Real. Hacen cambio de guardia diario, y es una atracción turística muy popular, pero no nos quedamos a verlo.


Nos escapamos pronto de la panorámica con el grupo para llegar a tiempo a la visita guiada en español en el Ayuntamiento, que es a las 11:00 y a las 14:00. Nuestra meta es visitar el interior del edificio y, después, subir a la torre.


Lo primero que visitamos es la Sala Azul, donde se da el banquete a los premios Nobel. Este nombre lo recibe porque en principio iba a estar pintada en ese color, si bien más tarde el arquitecto decidió dejarla con el color natural del ladrillo, pero el nombre inicial fue conservado.


Arriba, pegadito al techo, hay un órgano.


Bajo la puerta de mármol, sobre los arcos, entran los premiados según se les va nombrando en la ceremonia.


En este edificio hay algunos toques inspirados en diversas partes del mundo. Por ejemplo, este balconcito, copiado del de Romeo y Julieta, en Verona.


Los premiados bajan la escalera hasta la Sala. Es llamada también la escalera de Elsa. Elsa era la mujer del arquitecto que diseñó el edificio. Se cuenta que ella eligió el diseño de la misma por su comodidad para ser bajada con falda larga y tacones.


El salón de plenos del Ayuntamiento.


El sillón del Presidente (que no alcalde).


El techo de este Salón de Plenos simboliza el techo de las casas vikingas tradicionales. La parte pintada en azul sería el cielo, ya que estas casas no tenían chimeneas y el humo salía al exterior por claraboyas practicadas en el techo.


En otra zona del edificio se simbolizan los concejales en forma de cien arcos. El guía nos contó que la composición pretendía rememorar la Alhambra de Granada, pero la opinión general del grupo fue que no lo había conseguido.


Un carillón que se ve también desde el exterior.


La sala de recepciones y comidas oficiales es una estancia alargada


llamada también la Galería del Príncipe


En uno de los lados tiene impresionantes vistas al lago Mälaren.


Hacia el otro, un fresco de las mismas vistas pintado por el prícipe Eugenio quien ganó este derecho en un concurso público en el que compitió sin desvelar su identidad.



Seguidamente pasamos al Salón Dorado, decorado con 18 millones de piezas de vidrio y oro


En este magnífico salón tiene lugar el baile de gala tras el banquete de entrega de los premios. La pared principal está decorada con la imagen de la Reina del lago Mälaren.


Nos cuenta el guía que esta representación fue muy criticada por su fealdad.


Este salón está comunicado con la Sala Azul.


Detalle más cercano del arco-puerta por la que pasan los premiados antes de bajar por la escalera de Elsa.


Se expone también el magnífico servicio utilizado en la última entrega de premios y, que según nos indica el guía, se cambia cada año.


Finalizada la visita al interior del edificio, salimos a un patio de ladrillo,


comunicado con la terraza que da al lago por unos arcos.


Bajo los arcos está la entrada a la torre. Hacemos cola y no tenemos que esperar mucho tiempo para subir. Se eleva 106 metros y el conjunto de sus 2,5 millones de ladrillos llega a un peso de 24.000 toneladas. Se puede subir caminando los 365 escalones hasta la cúspide, pero el primer tramo también se puede hacer en ascensor.

Pronto llegamos al Museo de la Torre, donde hay modelos de los bustos y estatuas que se encuentran dentro del Ayuntamiento.



El componente más llamativo es la enorme estatua de San Erik, que el arquitecto Ragnar Östberg pretendía llevar hasta la cúspide, si bien finalmente cambió de planes y convirtió la cima en el fantástico mirador que tenemos hoy en día.


En la subida, podemos contemplar maravillosas vistas de la ciudad y del lago.



Por fin llegamos bajo las nueve campanas, de las cuales la más grande pesa 3000 kilos. Esta campana fue un regalo de los Países Bajos y lleva el nombre de San Erik.


Para los que quieren disfrutar de la vista, alrededor del balcón superior hay placas de cobre con grabados que enseñan los lugares y monumentos de interés turístico.


Los puntos cardinales están señalados con enormes estrellas doradas.


Al descender, volvemos a pasar por el Desván de la Torre.


Para finalizar la visita y descansar de la subida y bajada a la torre, nos relajamos un buen rato en la terraza junto al lago.



Dos estatuas flanquean el embarcadero. A la izquierda.


A la derecha.


Vista del edificio del Ayuntamiento desde la terraza que da al lago.


Después de esta visita decidimos descansar un rato en el hotel. Llegamos paseando junto al canal.


Es un espectáculo sentarse en un banco y observar el tráfico en el agua, numeroso y variado.





Casi a la puerta del hotel me fijo en esta curiosa figura en la confluencia de Kungsgatan con Drottningatan, aunque desconozco su significado.


A esta hora la Drottningatan vuelve a estar repleta de gente y de bullicio.


A un paso del hotel, en la plaza de Hötorget, a diario montan un mercado de frutas, verduras y artículos varios.


La sala de conciertos (Konserthuset), en la misma plaza del mercado, representa una versión nórdica de un templo griego. Junto a él, el grupo escultórico Orfeo.


No podemos resistir la tentación de probar las fresas escandinavas, en plena temporada ahora. Exquisitas.


Más tarde, después de descansar un rato en el hotel, repetimos el recorrido del primer día para coger el autobús 47 que nos dejará muy cerca del museo Vasa.

Junto a él, el Nordiska Museet, fundado por Artur Hazelius, el creador de Skansen. Muestra la historia cultural sueca desde 1520 hasta nuestros días. Preferimos visitar el Vasa y éste lo dejamos para otra ocasión.


Ya en el museo Vasa, nada más entrar, impresiona la vista completa del galeón. Es el buque de guerra Vasa, que se hundió en el puerto de Estocolmo en 1628 y fue rescatado 333 años después. Tras una extensa restauración se conserva intacto en un 95%.


Junto a él, esta maqueta a escala 1:10 nos muestra cómo fue.


Otra maqueta muestra como se escoró con una fuerte ráfaga de viento y el agua comenzó a entrar por las portillas de los cañones. Se piensa que llevaba demasiados cañones y, por tanto, demasiado peso. Y fue lo que provocó el hundimiento.


Un corte nos muestra las distintas secciones de los pisos dentro del barco.


Portilla para cañones. En su parte interior llevaban incrustada una cabeza de un fiero león que, al abrirse, pretendía intimidar al enemigo.


La cubierta superior.


El mascarón de proa es un león esculpido en madera de tilo. Mide 4 metros y pesa 450 kilos. Es debido a que el apodo del rey que encargó la construcción del barco, Gustavo II Adolfo, era León del Norte. Sostiene el escudo de la dinastía de los Vasa con la gavilla ("Vase"), que ha dado nombre al buque.


Aquí una pequeña zona coloreada para mostrar cómo sería con su decoración original.


La popa. Impresiona su enorme altura sobre el resto del barco y la que tendría sobre el mar. Era la zona mas lujosa del barco, reservada para oficiales. Aunque había sufrido serios daños, ha sido restaurada y revela la ornamentación del buque.


De regreso al hotel, la calle está de lo más animada, también con espectáculos callejeros.


Y mucha gente junto a la estación central.


No podemos despedirnos de Estocolmo sin visitar el Bar de Hielo (Ice bar) para el que ya había comprado las entradas con antelación. Estos son los vasos.


El bar es pequeñito y curioso para verlo una vez. Te ponen guantes y una especie de capa térmica, ya que la temperatura en el local es de 5 grados bajo cero.


Despedimos el día, y también Estocolmo, cenando en un bar de tapas en Stora Nygatan 46. Se llama Café Tabac. La carta está en español y todo lo que tomamos estaba rico. Muy recomendable.

Siguiente etapa: Karlstad - Oslo