Restaurante Victor Montes - Bilbao

Plaza Nueva 8, 48005 Bilbao

No habíamos oído hablar de este restaurante hasta que pasamos delante de él con la visita guiada de la ciudad que salía desde el Teatro Arriaga. Entonces la guía nos contó que Gehry, el arquitecto del museo Guggenheim, iba bastante por allí.
Tenía una pinta estupenda, así que reservamos para ese mismo día. Y fue un acierto, ya que comimos fenomenal. Aún recordamos la maravilla de merluza que nos pusieron. Y allí probamos por primera vez los perrechicos. No es un sitio barato (38 € por persona en mayo/2006, sin vino) pero desde luego, la calidad bien lo merece. Recomendado para una buena comida con precio acorde a su calidad.

Hotel Tryp Orly - San Sebastián ****

Pl. Zaragoza, 4 - San Sebastián

Son ya 2 las veces que nos hemos alojado en este hotel, en diferentes épocas, y el motivo fundamental de repetir es la ubicación, muy buena. Está a dos pasos de la Playa de la Concha, perfecto para acercarnos andando a cualquier parte del centro. Y muy agradable el paseo por la mañana hasta el final de la playa, hasta el Peine del Viento, y disfrutarlo un ratito en soledad antes de que lo invadan más tarde los visitantes. Por lo demás, la habitación corresponde a su categoría. Nada que destacar.

No puedo hablar del restaurante, ya que las dos veces hemos cogido sólo alojamiento. El desayuno lo hemos tomado en la misma cafetería del hotel, que estaba muy tranquila, un desayuno sencillo, de café y bollería mientras leíamos el periódico. Muy agradable.

Definitivamente, éste es mi hotel en San Sebastián. Si regreso, ya no buscaré otro.

Hotel Hesperia Bilbao - Bilbao ****

C/ Campo Volantín nº 28, 48007 - Bilbao


Guardo un fantástico recuerdo de este hotel en el que nos alojamos en mayo de 2006.
La situación es buenísima, frente a la ría del Nervión. Al despertar, sin moverme de la cama, veía a la gente el domingo por la mañana pasear junto al agua, hacer deporte, patinar... una gozada.
Cogimos una Junior Suite y era preciosa, muy espaciosa, elegante, amueblada muy moderna, en estilo vanguardista, con mucho gusto. En la fotografía de más abajo la suite hace la esquina del segundo piso. El balcón naranja es un mirador que sale del dormitorio, con una butaquita con reposapies para leer o contemplar la ría. Muy agradable. El balcón azul, que da a la otra calle, es otro mirador que sale del salón de la suite. El hotel nos encantó.
No puedo hablar del restaurante, ya que llevábamos sólo alojamiento y desayunamos y comimos fuera.
Se puede llegar andando en muy poco tiempo al Museo Guggenheim y también al Casco Antiguo. De hecho, nosotros no movimos el coche para nada durante nuestra estancia. Todos los recorridos los hicimos andando y en tranvía. De todos los hoteles que he visitado, que han sido unos cuantos, éste ha quedado ya como uno de mis preferidos. Un hotel para recordar. Lo recomiendo, sin duda.